Fenómenos aparentemente sin conexión, pero que elevan el barril de petróleo hasta límites insospechados. Lo mismo con el gas y, por tanto, con la electricidad y lo que es peor con todos los bienes básicos. Dependencia energética e inflación.
Todo afecta al mercado de la energía y el del petróleo no iba a ser menos. Tanto es así que se dice que el simple aleteo de una mariposa al otro lado del mundo, como en Australia, puede afectar a lo que se paga al ir a echar la gasolina en Madrid o en cualquier ciudad de España. No es una exageración porque también lo hace cuando se va al supermercado. Afecta al aceite, las pastas y, en realidad a todo. Así que por si no había bastante con la guerra de Ucrania o la de Oriente Próximo; las cuotas de la OPEP y las pretensiones de Arabía Saudí para elevar el precio del petróleo por encima de los 80 euros; o lo que sea en cualquier momento… Ahora llegan los ataques de los hutíes en el Mar Rojo. Lo peor es que últimamente siempre están pasando cosas.
Esta última es una de las razones por las que el barril de petróleo ha subido ahora hasta los 80 dólares por barril y hace tan solo unos días estaba en 75. Justo en las dos semanas en las que se han producido los ataques.
En realidad, todos los mercados mundiales energéticos están convulsos. Impredecible. Sujetos a innumerables e incontrolables factores y esta es una razón más para apostar por las renovables. España depende al 100% de la energía de terceros países. No yacimientos de petróleo o de gas que puedan aliviar la situación ni rebajar el porcentaje. Esto es algo que, como ha recordado Jorge Morales de Labra en La Tarde de COPE, debe estar muy claro. Por este motivo, cuando se habla de la economía del país hay que tener en cuenta esta gran dependencia de todos los combustibles fósiles, sin excepción. Es decir, que cuando baja, las cosas suelen ir bien, pero que cuando sube… ¡es como para echarse a temblar! Y es básicamente por este motivo. Lo mismo sucede en la mayoría de los estados miembros de la Unión Europea.
Difícil valorar si unas políticas económicas son mejores que otras sin tener en cuenta este aspecto porque, en realidad, es algo que depende más de las decisiones que se tomen en Arabía Saudí que de lo que se haga en la Moncloa.
De hecho, esto se ha podido comprobar muy fácilmente en los últimos años con un dato; el de la inflación. ¿Por qué subió antes que en Alemania en el año 2021? ¿Por qué está ahora más baja que en el resto de los países del continente? La respuesta es tan sencilla como entender que la tarifa de la luz está directamente vinculada al gas natural. Así, cuando el precio de esta materia prima se dispara en los mercados internacionales se nota inmediatamente en el recibo. Lo mismo sucede cuando se desploma. Por este motivo, la ultra dependencia de la energía del exterior, España fue el primer país en el que superó el 10%, pero también en el que antes ha vuelto al 4%. La buena noticia es que la solución es relativamente sencilla.
¡Cuánto más se avance en renovables y mayor sea su aportación al mix eléctrico, menor será la influencia que tenga sobre los recibos y, por tanto, en la economía! Importante, porque hoy son los hutíes en el mar Rojo, pero mañana puede ser cualquier otra cosa. Por ejemplo, el pasado verano hubo una huelga en varias estaciones regasificadoras al otro lado del mundo. Sí, en Australia. Más lejos imposible y al final acabó influyendo a todo el mercado energético mundial. Afectó mucho al precio que se paga en Europa por el gas. Puede sonar a broma que una protesta que tiene lugar a miles de kilómetros dispare el coste de la energía, pero no lo es porque este país exporta el 10% de todo el que se consume en el planeta. Y así con todo.
Así, mientras que se consigue una mayor independencia a través de las renovables, habrá que seguir estando pendientes de lo que sucede en cualquier lugar para saber a cuánto se paga la gasolina, el gas o la luz en Madrid.