Desde siempre el gaseoducto que pasa por Ucrania ha sido conflictivo. Por eso, siempre se han buscado rutas alternativas para traerlo a Europa, pero ¿por dónde viene el gas de Rusia?
Inimaginable hasta hace poco hablar tanto del gas. Lo normal antes era encender las calderas y las cocinas y poco más. Sin preguntas. Solo usarlo y ya está. Sin embargo, ahora es cuando empiezan a surgir las preguntas: ¿Cómo llega el gas hasta los hogares europeos? ¿Cuáles son los caminos y rutas que sigue hasta llegar a Europa? ¿Cuántos gaseoductos hay? Pues no son ni uno ni dos. Tampoco tres. Hay algunos más: el Báltico, el de Bielorrusia, el de Turquía y el famoso Nord Stream 2. Por supuesto, también el que pasa por Ucrania. Fundamental porque desde siempre ha sido parte importante del conflicto entre ambos países. Lo mejor siempre es hacer un poco de historia, pero antes una cifra:
Rusia es el tercer exportador del mundo de petróleo y el primero de gas del mundo. De hecho, el 40% del que se consume en Europa viene directamente desde allí a través de gaseoductos.
Históricamente el único gaseoducto era el de Ucrania y todavía sigue siendo la principal vía de entrada de gas en Europa. El que lleva más tiempo funcionando y el que trae más energía. No solo entra por Rumania. Además, tiene un segundo ramal por Eslovaquia para llevarlo luego a Alemania y todo el centro de Europa. Tampoco es nuevo. Lleva más de 30 años funcionado y la verdad es que siempre ha sido muy conflictivo. De hecho, la tensión ha sido permanente. Solo hay que hacer un poco de memoria para recordar alguna de las múltiples ocasiones en las que les han cortado el suministro en lo más frío del invierno con importantes consecuencias para la población. El problema es que Ucrania cobra un peaje por el paso del gaseoducto. Exactamente de 1.000 millones de euros. Puede parecer mucho…
Esa es la misma cantidad que gana Rusia al día con la venta de su gas a Europa. Sea como sea, no querían que, de ningún modo, Ucrania se siguiera beneficiando de la situación. Por eso, en los últimos 30 años la estrategia ha sido otra: diversificación. Construir más gaseoductos para tratar de aliviar el problema. Así, el siguiente, llamado Yamal, lo hicieron a través de un territorio con el que se llevan mucho mejor. Por Bielorrusia y, sin embargo, es curioso porque llevaba cerrado desde el pasado 1 de enero. Ya no entraba por ahí ni gota de gas. Nada de nada. Pues, justo en el momento en el que ha empezado el conflicto armado, hace menos de una semana, ha vuelto a fluir el gas hasta Polonia. Exactamente igual que lo venía haciendo los últimos 20 años.
La dependencia energética europea de Rusia es enorme. No hay ningún otro suministrador en todo el mundo que pueda sustituir ni suplir al gas de Rusia. Ni siquiera entre varios países.
Mucho más reciente es el gaseoducto del Báltico. Tiene una década y al venir directamente por el mar sin pasar por ningún otro país es mucho menos problemático. Directamente desde Rusia a Alemania, sin peajes ni ningún tipo de tensiones. Por eso, es casi el único que ha estado funcionando a pleno rendimiento durante todo el invierno. Por encima, incluso de su capacidad máxima. Hasta los topes. No da más de sí. Además, y casi al mismo tiempo, se hizo otro al Sur del continente para tener el pleno control del transporte del gas. No queda ahí la cosa. Aún hay más… Tal es la demanda de esta materia prima que justo acaban de terminar uno más. Y es que, como ha recordado Jorge Morales de Labra en La hora de La1 el 40% del que se consume en Europa llega desde Rusia.
El último de los gaseoductos no solo está listo para usarse, sino que, además, está totalmente lleno de gas. Solo habría que abrir el grifo y ¡listo! Y eso que llenar una tubería de más de 1.000 kilómetros no es nada fácil. El ya famoso Nord Stream 2 es también submarino, va paralelo al del del Báltico y es otro de los grandes problemas en este conflicto. Rusia quería ponerlo en funcionamiento el pasado mes de diciembre. Así, clausurarían definitivamente el de Ucrania, pero Alemania y Estados Unidos pusieron muchos problemas para hacerlo. Esta vez ya de forma definitiva. Pues, precisamente, tan solo unos días después de iniciarse el conflicto se ha decidido que de este gaseoducto nada de nada. Definitivamente no lo han autorizado, aunque sea necesario.