A partir del 1 de marzo, sube el IVA de la luz del 10% al 21%. Tan solo ha durado dos meses en su versión reducida desde que subiera desde el 5% el 1 de enero. Así, lo recogía una cláusula del Decreto que lo regulaba y en el que se especificaba que…
“Si el precio del MWh llegaba a estar por debajo de los 45 euros de media en el último mes volvería a subir automáticamente”. Y eso mismo es lo que ha sucedido durante el pasado mes de febrero. Ha terminado en los 40 euros por MWh y el incremento se aplicará ya en el recibo de marzo. Así una familia que tenga una factura con un consumo medio de 88 euros mensuales (impuestos incluidos) pasará a pagar 96 con el IVA al 21%, aunque los beneficiarios del bono social estarán exentos del aumento y se les mantendrá al 10%.
No podía pillar a nadie por sorpresa. Pocos lo sabían, aunque desde hace semanas se estaba avisando de que era algo que podía pasar y al final así ha sido. Empezará aplicarse desde hoy mismo porque cuando el Gobierno negoció en Bruselas su reducción fue una de las condiciones que se pusieron. Hay que recordar que el IVA es un impuesto común y armonizado en toda la Unión Europea y que por tanto no hay 100% de libertad por parte de los Estados para fijarlo. Por este motivo, cuando se autorizó su bajada del 21% al 5%, tras la subida del precio del gas antes y como consecuencia de la guerra de Ucrania, se introdujo esta cláusula. Es decir, que solo se mantendría rebajado mientras el coste de la energía siguiera alto.
Ahora los precios se han normalizado. Se han desplomado desde los más de 300 euros por MWh de hace apenas dos años hasta prácticamente los niveles previos a la crisis energética. A cerca de los 40 y se espera que siga bajando.
En concreto para el mes de marzo se prevé que caiga por debajo de los 30 euros/MWh. Por eso, que suba el impuesto no quiere decir que vayan a subir los recibos de todos los consumidores. No afectará a todos por igual. Dependerá de la tarifa que se tenga contratada. En el ejemplo anterior de una familia que pagaba 80 euros al mes, la pregunta del millón es… ¿Tiene una fija o por el contrario variable? Si tenía la primera opción y pagaba siempre lo mismo por cada kWh consumido, la respuesta es sencilla. Efectivamente van a notar mucho la subida. Exactamente el 11% que va de tipo reducido al general. Más de 88 euros en total. Sin embargo, la tienen variable, la cosa cambia porque esa tarifa replica el comportamiento del precio de la luz.
Y como ha bajado tanto en los últimos meses el resultado también está claro. Su factura desde el mes de enero ha caído y ya no será de 80 euros mensuales sino de mucho menos. En torno a los 60. De este modo, a pesar del incremento del Impuesto sobre el Valor Añadido será incluso inferior al de los meses anteriores. Por eso, es el momento de cambiarse a una tarifa variable como la Cristalina de Próxima Energía que traslade directamente el precio de la electricidad directamente a sus facturas. Además, deben hacerlo cuanto antes porque se espera que siga bajando en los próximos 4 o 5 meses. Al menos hasta junio o julio. No hacerlo ya mismo es una pérdida de tiempo porque en estos momentos las fijas son mucho más caras.