Nadie regala duros a cuatro pesetas, que se solía decir hace ya algunos años, y aunque un precio fijo pueda parecer tentador al final tiene truco. Por el contrario, las tarifas más baratas son las variables para aprovechar al máximo la caída de los precios.
Lo normal. Cuando cualquier persona busca una tarifa de la luz habitualmente pretende conseguir la más barata de todas. Lo mismo que con cualquier artículo que adquiera en internet o en el comercio tradicional. El clásico busque, compare y si encuentra algo mejor… Y lo mejor son siempre las tarifas variables. Eso sí, para encontrarlas hay que buscar mucho porque las grandes compañías del sector no les suelen dar mucha publicidad. La razón es muy sencilla. Durante 14 de los 15 últimos años han sido las más baratas y eso les deja muy poco margen de beneficios. Es decir, que les interesa menos a las compañías, pero más a los consumidores.
El problema es que en esta búsqueda también lo más frecuente es fijarse solo en el precio. En el coste de la energía y, en ocasiones, el de la potencia contratada. Importante, porque ahí es donde puede estar el truco. De esta forma, las que siempre llaman la atención son las tarifas a precio fijo. Es decir, aquellas en las que siempre se paga lo mismo por cada kWh utilizado, sin importar el día de la semana o la hora en la que se utilice. Y la verdad, es que hay ofertas de lo más tentadoras, pero ninguna puede igualar en estos momentos a las variables. 0,13 euros por kWh puede parecer muy interesante y más si se le suman dos horas gratis o las ventajas que se quieran añadir, pero al final salen más caras.
En los últimos 15 años las tarifas variables han sido mucho más baratas que las fijas en todos salvo en uno. Tan solo en 2021 como consecuencia de la subida de precios tras el inicio de la guerra en Ucrania. A partir de ahí también volvieron a ser más económicas.
Sencillo, cuando una compañía eléctrica, ofrece un precio fijo por la electricidad, lo tiene todo perfectamente calculado para que lo que se consume en las horas más caras al final compensa con lo que se utiliza en las más baratas. Siempre les salen los números, pero es que, además, sin que nadie lo sepa, están incorporando un seguro que, por cierto, en el sector eléctrico es muy caro. Deben tenerlo todo previsto por si de repente el precio de la luz sube de forma desproporcionada como ya sucedió en 2021. Y ese añadido, o recargo, es el que al final hace que este tipo de tarifas terminen no compensando a pesar de ofrecer estabilidad al consumidor. Sucede un poco como con los seguros de los coches, pero con una diferencia…
En la electricidad cuando se produce un incidente no es algo puntual. Si sube el precio lo hace para todos los clientes a la vez. El riesgo que corren es mucho más alto. Por este motivo, lo que hacen es poner el límite del precio fijo que ofrecen lo más alto posible sin que pierda su atractivo. La mejor tarifa fija que se puede encontrar ahora mismo estaría entre los 11 y los 13 céntimos por kWh cuando la media del mes de febrero ha estado por debajo de 40. Más de tres veces superior al de las tarifas variables. Y es que lo de estas tarifas no es algo nuevo. Siempre han sido bastante más baratas. En 14 de los últimos 15 años han sido la opción más económica y lo seguirán siendo. Por eso, es el momento de pasarse a la tarifa Cristalina de Próxima Energía. 100% variable.