Si no saltan los plomos al menos dos veces al año… es que se está pagando de más en la factura de la luz. La potencia contratada sigue siendo una de las asignaturas pendientes y su exceso supone más de 1.000 millones de euros.
Todo el mundo lo sabe. Revisar y entender la factura de la luz puede ser de todo menos divertido y sencillo. Además, lejos de simplificarse cada vez se va complicando más y más en vez de hacer más sencilla su lectura y comprensión. Una lástima porque, en realidad, es más importante de lo que parece. Sin duda, en los recibos hay un montón de datos y es fácil perderse, pero entre tantos hay algunos que al menos deberían hacer reflexionar o al menos que las miren con otros ojos. Aquí va uno interesante… Entre todos los consumidores cada año se pagan de más unos 1.000 millones de euros por solo contratar más potencia de la que en realidad se necesita. Demasiado dinero como para dejarlo escapar.
El incremento del precio del gas ha disparado el precio de la luz y, por tanto, las facturas. Ahí no hay nada que hacer, pero con la potencia contratada sí se puede. Depende de cada uno y además las hace aumentar de forma innecesaria.
Y no es cosa de unos pocos. 7 de cada 10 hogares tienen más potencia por desconocimiento de los propios clientes. De hecho, la cifra de los que no saben la que tienen contratada es mucho mayor. Por eso, hay que revisarla cuanto antes. Además, el panel del consumidor de la CNMC insiste en la misma idea. Todo suma y si la rebaja del IVA al 5% acabara de forma inmediata para volver al 21% el esfuerzo económico para las familias sería aún mayor. Algo está fallando cuando son tantas las personas que lo desconocen. La media ronda los 1,5 kW de sobredimensionamiento y saber si se tiene de más o de menos es sencillo. Solo hay que esperar a que se vayan los plomos. Deben hacerlo al menos dos veces al año y si no… ¡hay que bajarla cuánto antes!
Por cada kW que se pueda reducir son 30 euros menos al año. Así si se compara con el importe de la energía consumida o los impuestos puede no parecer gran cosa, pero su relevancia está en que es innecesaria. La excepción se encuentra en las segundas residencias. Como a lo largo del año no se utilizan mucho el consumo es menor que en las habituales y, por tanto, la mayor parte de lo que pagan es potencia. Justo, al contrario. Además, hay que tener en cuenta que a veces algunas compañías eléctricas están metiendo un margen excesivo en este concepto. Es decir, el precio oficial es precisamente el de 30 euros kW/año, pero luego ahí cada compañía cobra un plus. ¡Cuidado! También conviene revisarlo porque puede llegar a ser del doble y 60 euros al año empieza ya ser otra cosa.
Por cierto, el dinero que se recauda por este concepto va destinado a pagar las redes eléctricas. Hay que llevarla hasta todas las casas y esta es la forma de hacerlo. Esta retribución está fijada en el BOE y ahora mismo es de unos 7.000 millones de euros. Así que lo que está ocurriendo es que esos 1.000 millones que se pagan de más por exceso de potencia también forman parte de la retribución total. De este modo, si todo el mundo ajustara su potencia a lo que realmente necesita habría un problema de recaudación y el gobierno se vería obligado a aumentar el precio que se paga. Tienen que seguir ingresando esa cantidad sea como sea porque es lo que cuesta la extensión, modernización y mantenimiento de la red de transporte de la energía por toda España.