Complicada la situación del precio del gas y también la de la luz. De la energía en general y es que en realidad la una depende de la otra hasta el punto de convertirse en un círculo vicioso que parece no tener fin.
¡Como para entrar en bucle! Sí, lo que toda la vida se ha conocido como la pescadilla que se muerde la cola. A la subida del precio de la luz se le suma ahora otra del gas que a su vez influye en el del primero… y así ya se sabe como acaba la cosa. Bueno, más bien no acaba nunca. Y es que lo que más está tirando del coste de la electricidad es precisamente esta materia prima. Ni es ninguna sorpresa ni debería pillar a nadie desprevenido. Aunque se hable mucho menos del tema, el mercado del gas natural está viviendo también una situación nunca antes vista. Igual que en el de la luz. Impensable, pero cotiza en máximos históricos. Si hasta ahora lo normal eran 15 euros por MWh ya ha llegado a los 45. Tres veces más que el año pasado.
Y, además, con una precisión muy importante. ¿Quién usa gas en Europa el 15 de agosto? Casi nadie. En realidad, se usa sobre todo en invierno para la calefacción. Empieza mal la cosa. Justo en el momento en el que baja la demanda es cuando se debería aprovechar para llenar todas las reservas y ha pasado todo lo contrario. Están bajo mínimos y anticipa que habrá un problema de abastecimiento en los próximos meses. Cuando más se va a necesitar. Por eso todas las previsiones auguran que duplicará su precio antes de que llegue febrero. Exactamente igual que la electricidad. Todo está relacionado porque el origen de la subida de la luz se encuentra precisamente en el gas. En definitiva, un círculo vicioso o una espiral que no tiene fin.
Al final el mercado internacional del gas depende de países geopolíticamente poco fiables como Rusia y Argelia que con sus decisiones pueden disparar no solo el precio de la materia prima, sino además los recibos de la luz.
Otra cosa bien distinta es que el gas para producir electricidad sea minoritario y ahí es ya donde entra el sistema marginalista, las reglas de juego, la legislación europea … y todo de lo que se lleva hablando durante meses. Sin embargo, el problema de fondo es la materia prima y poco tiene que hacer España en el mercado internacional del gas natural. Su papel es prácticamente irrelevante. Ese es más bien territorio de otros como Rusia y Argelia y eso puede añadir ciertas complicaciones, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Todo es mentira de Cuatro TV. Son los que cortan el bacalao. Eso sí, lo que tiene España es una ventaja competitiva frente al resto de países de Europa que dependen, sobre todo, del primero y eso suele generar tensiones. Situación geopolítica de lo más complicada.
Tanta, que los últimos episodios se han podido vivir este mismo verano. Recientemente Rusia, ha cortado las entradas de gas a Europa provocando no solo que los precios se dispararan, sino que además no se hayan podido llenar las reservas. Por el contrario, España tiene una posición estratégica, aunque con Argelia hay un segundo problema. Uno de los gasoductos que traen el gas desde allí pasa por Marruecos y la cosa entre ambos países está para poca broma. Han roto relaciones en la actualización del contrato que suministra más de la mitad del gas que se utiliza en la península ibérica y son malas noticias porque la falta de gas también afecta al precio de la luz. También a la producción de otros productos y al final resulta como la pescadilla que se muerde la cola…