Ni tan bueno como se esperaba para el consumidor ni tan malo para las eléctricas que con la excepción ibérica seguirán cobrando un precio alto para las fuentes de energía más baratas.
No importa lo que cueste producir la energía. Siempre ha dado exactamente igual. Al final se acaba pagando toda al precio de la más cara. Así es desde hace décadas y es lo que se llama el sistema marginalista. Hasta ahora nadie ha hecho absolutamente nada para cambiarlo. Unos por desconocimiento, el resto por interés y eso que salta a la vista que es injusto. Curioso, porque producir electricidad con una central hidroeléctrica está claramente por debajo de los 30 euros por MWh. La fuente más barata con diferencia junto a la solar que no llega a los 35. Lo mismo sucede con la eólica que está en torno a los 40 euros aproximadamente. La nuclear ya cuesta un poco más, pero si llegar a superar los 55 euros. Sorprendente porque el precio de hoy en el mercado mayorista está en torno a los 200 euros/MWh… Demasiada diferencia.
Precisamente nucleares y renovables suponen cerca del 80% de la producción eléctrica nacional. Por eso no se entiende que todas perciban un precio muy superior. De eso va todo esto de la excepción ibérica. De que las centrales que nada tienen que ver con el gas, las más caras, no continúen ganando esta barbaridad de dinero. Los famosos beneficios caídos del cielo, aunque sus ingresos se mantendrán bastante altos. A partir de ahora percibirán más de 120 euros/MWh, que tampoco está nada mal. Aun así, también es mucho porque sus costes de producción están por debajo de los 50 euros en la mayoría de los casos. Eso sí, por lo menos no se les pagarán los más de 200 que hoy cuesta la electricidad en el mercado mayorista. Eso es justo lo que cambia hoy… Auténtica revolución en el sector eléctrico.
En resumen, con la excepción ibérica los combustibles fósiles seguirán cobrando lo que les corresponde y las demás algo menos de lo que recibían hasta ahora, pero siempre por encima de sus costes de producción.
¡Cambian las reglas de juego en el mercado eléctrico por completo! Y, además, de forma radical. Marca un antes y un después tras la aplicación. Algo sin precedentes en el sector porque este mecanismo por el que se da precio a la luz lleva en la Unión Europea más de 20 años. Demasiado tiempo. Muy pronto solo cobrarán la retribución más alta las centrales de gas y carbón. Es decir, las que queman combustibles fósiles que son las que se han visto más afectadas por la crisis energética. Por el contrario, el resto, nucleares y renovables recibirán un precio reducido. Más bien limitado con el famoso tope al gas del que se lleva hablando durante semanas. Por fin, hoy se ha aprobado y son buenas noticias para los consumidores. Tampoco son tan malas para las eléctricas como quieren hacer ver porque…
Como ha explicado Jorge Morales de Labra en La brújula de Onda Cero, eso no quiere decir que la eólica vaya a cobrar su precio real ni las nucleares tampoco. Tan solo el gas cobrará lo que le corresponde. El precio que salga de la subasta que, además, está condicionado por muchos factores internacionales como la guerra en Ucrania. Si ofertan a 200 euros por MWh percibirán esa cantidad. Hasta ahora el resto de centrales también los hubieran cobrado y ya no va a ser así. Ahí es donde entra en juego el límite de 40 euros de límite. Todas deben respetarlo incluidas las de gas a las que luego se les dará una compensación por la diferencia hasta cubrir sus costes reales. Tiene sentido para que el resto cobren en torno a 120 euros. Rebaja considerable de sus beneficios caídos del cielo, pero siguen manteniendo altos sus ingresos.