Los precios negativos de la luz han vuelto a reabrir el debate del almacenamiento de energía. Comprarla cuando es 0, o incluso menor, para venderla cuando es más cara, pero hay que hacer grandes inversiones. ¿Cuándo sería rentable?
En realidad, con algunas diferencias, el mercado eléctrico no es tan diferente al de cualquier otro producto. Algunas reglas que regulan su funcionamiento y comportamiento son muy similares. El más notable es el de que cuando hay mucha oferta y poca demanda los precios bajan. Algo que se nota en estos días en los que la producción eléctrica gracias a las renovables es tan alta que es imposible consumirla toda. Por eso se producen precios negativos. Las centrales prefieren regalarla o incluso pagar antes que tener que parar. Lo mismo sucede con las frutas. Si son de temporada los precios son asequibles, pero como uno quiera uvas en abril… ¡hay que traerlas de Sudáfrica y eso las encarece! Lo saben las empresas. Por eso, se buscan métodos para guardarlas y conservarlas cuando llegue este momento. ¿Sería posible hacerlo también con la electricidad?
Sí, es posible almacenarla, pero requiere de grandes inversiones. Sin embargo, aunque ya existe y está disponible la tecnología que lo haría realidad hay otro aspecto fundamental que debe ser tenido en cuenta. Todavía la señal de precio del mercado es insuficiente. ¿Qué significa esto? Lo que se consigue con el almacenamiento de energía es capturar la diferencia de precio entre las horas más baratas, ahora casi 0 o incluso negativo, y las más caras de todas a lo largo de un día. El mercado empieza ahora a dar señales de la rentabilidad para hacerlo viable. Especialmente con las baterías de litio que son las más baratas y conocidas de todas. También las que mejor funcionan intradía. El mejor ejemplo se encuentra en las instalaciones de autoconsumo.
¿Cuándo es rentable almacenar energía?
Son capaces de guardar la energía durante el día cuando la producción es mayor para poder aprovechar por la noche cuando los paneles solares no están en funcionamiento. Es decir, se cargan y se vacían en la misma jornada. Cada 24 se completaría un ciclo. Lo importante es que para hacer eso a gran escala y que sea rentable la diferencia de precio debe ser de unos 200 euros por MWh, más o menos. En estos momentos, si se puede ver un gran diferencial. No llega a ser de 200, pero sí puede abarcar desde 0 a 150 euros. El problema es que esta situación solo se da en contadas ocasiones. En la mayoría de las jornadas es mucho más bajo. De 0 a 50 euros o como máximo a 70.
El futuro del almacenamiento de energía
Por tanto, todavía no llega a ser rentable del todo instalar y utilizar cualquier tipo de batería para capturar esta diferencia de precio. Ni si quiera con las más baratas de todas que son las de litio. Luego las hay de otro tipo que funcionan a más largo plazo y son más caras todavía. Por lo que la diferencia entre el precio mínimo y el máximo debería ser todavía mayor. Son las ideales para almacenar energía en primavera o en otoño para luego liberarla en verano o invierno. El motivo es que en estos últimos meses la demanda es mayor y el coste para los usuarios superior debido, entre otros factores, al uso intensivo del aire acondicionado o de la calefacción. Pero, esto ya es otra tecnología que nada tiene que ver con el Litio y que todavía está por desarrollar.