¡Toma nota! Abril ha sido el mes con la electricidad más barata de la historia para todos menos para los que tienen una tarifa a precio fijo. Eso sí, estos últimos todavía tienen alternativas para ahorrar en el recibo de la luz. ¿Qué hacer si todavía se tiene una tarifa a precio fijo?
Electricidad a precios muy bajos. Casi se podría decir que de derribo. Tanto es así que en algunos días las eléctricas en vez de estar cobrando por la luz que producen tienen que pagar para entrar en la subasta eléctrica e inyectar su energía a la red. Sí, porque los consumidores la utilicen. Sin embargo, no todos los usuarios pueden beneficiarse de esta situación y es importante. Por eso, aunque los trucos y consejos para ahorrar en el recibo de la luz funcionan todavía se puede hacer algo más. De hecho, es lo primero que habría que mirar antes incluso que cambiar las bombillas LED, limpiar los filtros del aire acondicionado o aprovechar el calor residual del horno o la placa vitrocerámica para terminar de cocinar los alimentos. Lo primero de todo es saber qué tarifa se tiene contratada. Tan sencillo y a la vez tan complicado como eso.
Breve radiografía de las tarifas de la luz en el mercado
Ya con la factura en la mano lo más básico es precisamente eso: saber lo que se tiene contratado. A veces no es fácil y por muchas vueltas que se le dé al recibo no aparece por ningún sitio. Esa suele ser una mala señal, pero hay algunos trucos para saberlo. Por ejemplo, comparar con las de meses anteriores y si siempre se paga por la energía suele ser una mala señal. Una vez sabido esto hay dos grandes diferencias. ¿Mercado regulado o libre? Con el primero se suelen disfrutar de mejores precios mientras que con el segundo suele ser algo más protector, pero eso tiene un precio. No es así en todos los casos. Si se está en el mercado libre lo más habitual es que sea una tarifa a precio fijo.
Es decir, aquellas en las que siempre se paga lo mismo por la electricidad que se consume con independencia de la hora o el día de la semana que se utilice. Hoy una buena tarifa de este tipo estaría en torno a los 12 céntimos por kWh. Eso en el mejor de los casos porque lo más frecuente es que sea muy superior. Puede parecer un buen precio, pero la media del mes de abril con una tarifa variable ha sido de 7 céntimos. El mes más barato de la historia. El gran problema es que se actualizaron al alza durante la crisis energética y hay quien está pagando más del triple. Toca actualizarlas y los que no lo hayan hecho todavía pueden… Hay tres opciones, pero hay una que gana por goleada.
¿Qué hacer si todavía se tiene una tarifa a precio fijo?
- La primera es comparar ofertas y tarifas en la página oficial de la CNMC. Rápido y sencillo. Solo hay que escanear el código QR que viene en todas las facturas y ver todas las opciones disponibles. Aparecen ordenadas de menor a mayor y siempre teniendo en cuenta los mismos datos de consumo y potencia que se tienen contratados.
- El problema es que este comparador no tiene en cuenta las tarifas variables que también se pueden encontrar en el mercado libre como la Cristalina de Próxima Energía. Sin duda, la mejor opción para aprovecharse de los bajos precios de la luz como los que se están disfrutando durante el pasado mes de abril y este de mayo. ¡Contrátala!
- Y la tercera es moverse al mercado regulado. Es también una alternativa barata a largo plazo, pero con la excepción de que tiene un componente fijo. No es ni una cosa ni la otra. Las dos últimas son muy interesante si los mayores consumos de electricidad como es la lavadora, el lavavajillas o el horno pueden dirigirse a los horarios más baratos.