Empiezan a sonar con fuerza y más que lo harán en el futuro. Las comunidades energéticas son grupos que se unen para gestionar, producir y consumir su propia electricidad y cambiar la relación que las personas tienen con la energía.
Así de sencillo. Quien ahora mismo tenga un tejado y no esté instalando ya paneles solares está perdiendo dinero. El precio de la luz ha acelerado tanto su rentabilidad que es la opción más interesante en la mayoría de los casos incluso si no se dispone de cubierta para instalarlas. La que está cogiendo más impulso es la de las comunidades energéticas. Por cierto, nada tienen que ver con las de propietarios y las discusiones en las reuniones de escalera, precisamente, sobre si poner o no una instalación fotovoltaica para todo el edificio.
Esto es otra cosa y no hay que confundirlas porque ahí mandan los estatutos de la propiedad y, además, existen mayorías para su aprobación diferentes para cada uno de los siguientes casos. Si se va a realizar para abastecer a los servicios comunitarios será necesario un menor número de votos que si es para el uso de los vecinos. Eso está claro, manda la Ley de Propiedad Horizontal. En cualquier caso, es muy diferente. Tan sencillo como recurrir a quien sí lo tiene de forma próxima y cercana para que le aporte o ceda parte de la que le sobra como excedente.
Las comunidades energéticas son la solución para quienes no tienen tejado para hacer su propia instalación y aprovechar la energía del sol, pero a la vez quieren disfrutar de todas las ventajas del autoconsumo fotovoltaico.
Es una alternativa que ya está aquí. Es presente y, aunque está dando sus primeros pasos, se va a desarrollar de forma rapidísima. El funcionamiento es muy sencillo. Solo hay que buscar una cubierta disponible cerca de casa. Próxima, hasta hace poco eran 500 metros, pero justo ahora se acaba de ampliar a 2 kilómetros. Solo hay que darse una vuelta por la calle para ver la gran cantidad de tejados que están desaprovechados como colegios, polideportivos o los propios Ayuntamientos, entre otras dependencias municipales. Tienen espacio para hacer instalaciones fotovoltaicas no solo para satisfacer sus propias necesidades y aún así les sobra hueco para aún poner más paneles solares. Entonces lo que se hace es cederlo para que las casas de alrededor puedan utilizarlos en las mismas condiciones que si estuvieran en su propia azotea. Y es mucho más fácil ponerse de acuerdo con los vecinos cuando son públicos.
Sencillo y eficiente. Ni más ni menos estas son las comunidades energéticas en las que se está empezando ahora a trabajar. Además, si se desarrollan de forma adecuada van a suponer una auténtica revolución en España. Permitirán llevar esa energía solar a aquellos sitios en los que o no hay tejado suficiente porque haya obstáculos o en los que no se ponen de acuerdo los vecinos para instalar los paneles solares. Sin límites para el país de Europa con mayor número de horas de sol al año. Esto es lo básico porque luego hay diferentes modelos para ponerlas en marcha y satisfacer a ambas partes. Tanto del que aporta la instalación como del que se aprovecha del excedente. La cesión puede ser gratuita o se puede cobrar una renta por el uso de la cubierta. Algunos Ayuntamientos ya las usan como herramienta para combatir la pobreza energética.
Las comunidades energéticas son grupos de personas que se unen para gestionar, producir y consumir su propia energía limpia. Permiten un mejor aprovechamiento de los recursos renovables y activan la participación ciudadana.
Es decir, luego tienen prioridad de acceso a la energía aquellas personas con dificultades para afrontar los recibos energéticos. Eso en el caso de que sea municipales porque hay otras muchas opciones. También pueden ser tejados privados y las condiciones son diferentes. Depende de la figura jurídica que se cree en cada caso, pero lo normal es que haya un consumidor preferente en la comunidad energética. El propietario recibe la electricidad más barata que el resto de los usuarios porque estos últimos no aportan la superficie. Ventajas y facilidades. Además, hay que tener en cuenta que es algo en lo que se está empezando a trabajar y en lo que aún está casi todo por hacer y por determinar. En estos momentos se están creando en España las primeras y con ellas se están sentando las bases de la forma de trabajar. Presente con mucho futuro.