Vía libre y carta casi blanca para poder hacer las reformas necesarias para bajar el precio de la luz porque ahora para la UE la península ibérica es una isla energética.
De España siempre se han dicho muchas cosas, pero lo de isla es totalmente nuevo. España es diferente y lo saben en cualquier lugar del mundo. Desde las sobremesas de dos horas hasta las doce uvas en Nochevieja. No hay lugar igual en el mundo, para bien o para mal. También está la baraja española; bajar las persianas durante el día; y la bota, el botijo y el porrón. Lo de la siesta es ya otro nivel. Diferente y original, a lo que ahora hay que sumar otra característica más. Es capaz de cambiar algunos conceptos geográficos. Junto a Portugal es la única isla del mundo conectada por tierra a un continente. Ya lo decían los libros de texto: la península ibérica limita al Norte con los Pirineos y Francia… Casi isla, pero no lo es, salvo que se hable de energía.
Lo ha reconocido hasta la Unión Europea que la suma así a las Baleares y a Canarias. Pero, ¿qué supone ser una isla energética? Para Jorge Morales de Labra son buenas noticias, tras varios meses sufriendo precios tan elevados que la mayoría de las familias ya no pueden pagar. Por eso, ha contado todas las ventajas en La brújula de Onda Cero. Gran noticia, pero que aún hay que tomar con cautela. Todavía falta que el Gobierno lo aproveche y lo ponga sobre el papel en la legislación. Es decir, aún hay que esperar a que el Consejo de ministros plasme la facultad que le ha conferido Europa para regular de forma independiente al resto de países del continente el mercado. Ahí es donde se abren las opciones y las posibilidades para seguir siendo diferentes.
Toda la electricidad a 250 euros/MWh, aunque solo el 20% tenga que ver con el gas de Rusia, hacen necesaria la intervención del mercado eléctrico para limitar su efecto en las facturas.
La puntualidad tampoco ha sido nunca uno de los puntos fuertes. Sin embargo, los cambios en el mercado eléctrico llegarán aquí antes que a ninguna parte. La Comisión Europea también lo hará más adelante, pero habilita a España y Portugal a hacerlo ya mismo, de forma inminente. No es sencillo y la clave está en cómo hacerlo. Por las pocas pistas que se han dado el camino parece más o menos claro. Intervención del sistema a todo gas. Sí, no es otro que hacer que las centrales que usan gas para producir la electricidad, que en estos momentos son minoritarias, tengan limitado el precio y se les ponga uno de referencia. No van a poder ofertar en la subasta como más les convenga como lo hacían hasta ahora.
Ahora se están viendo de forma habitual precios de entre 200 y 300 euros MWh. Incluso más en determinadas horas cuando lo habitual es que en el mercado mayorista sea de entre 40 y 50. El problema es el de siempre. Es decir, que lo cobran el 100% de las centrales. También las que la producen con renovables o nucleares y eso son 7 de cada 10. Mantienen los mismos costes de producción que hace un año y, sin embargo, ganan 5 veces más. Por eso, a partir de ahora solo las de gas cobrarán el tope que se establezca. Solo con hacer esto la luz bajará de forma importante, cuantiosa e inmediata. Abre la puerta a interesantes ventajas para todos los consumidores. Eso sí, hay una dificultad más: establecer el precio de referencia más adecuado. Ventajas de ser una isla.