En la Cumbre de ministros de energía de la UE España ha aceptado un recorte de menos de la mitad de lo planteado inicialmente, pero ¿qué supone un ahorro energético del 7%?
“… se trata de un paquete de medidas excepcional y especialmente delicado, pero un nuevo paso adelante muy importante para España, aunque se echen de menos algunas de las propuestas realizadas…”. Teresa Ribera.
Hay más… porque España pondrá a disposición de otros países parte del gas que llegue hasta sus puertos. Por eso, en principio, lo que supone un ahorro energético del 7% es un absurdo tan grande como hacerlo al 15%. Más que nada porque España ahora mismo tiene almacenados más de 45 días de gas y todavía no ha llegado a agosto. Nunca antes en esta época del año las reservas habían estado tan llenas. Importante, porque en torno a ese mismo porcentaje es el del consumo total de gas que se realiza en invierno solo para calefacción. Por tanto, durante el verano se hace un poco como en la fábula de la hormiga y la cigarra… Es decir, ir guardándolo para luego no tener problemas de escasez en los meses más fríos del año. Depósitos llenos y, además, siguen llegando barcos a diario. Inmejorable situación. Ahí está el absurdo.
Y todavía queda otra dificultad porque no hay manera de exportarlo. Imposible enviarlo en grandes cantidades a otros países de Europa. Hay dos gaseoductos que conectan a través de los Pirineos España con Francia, pero solo se utiliza cuando allí lo necesitan. Se les envía todo el que demandan, pero siempre dentro de los límites de capacidad de la infraestructura. Tampoco es que pueda ser demasiado. Utilizándose al 100% de su capacidad tan solo se podría suministrar el 2% de todo el gas que se consume en el continente. Algo ayudaría, pero la verdad es que es bastante limitado. Por otro lado, están los barcos. Los mismos que llegan a los puertos españoles se podrían enviar de nuevo a otros países. El problema es que no es posible. España es líder en regasificadoras, pero en el resto de Europa apenas las hay. Más absurda todavía la reducción.
“De este modo se está obligando a seguir trabajando para continuar impulsando medidas de eficiencia energética también en casa y contribuir de esta forma a la seguridad en el suministro de los países vecinos”. Teresa Ribera.
Lo que sí se espera con la reducción del 7% es que no llegue a afectar a las familias. Eso sí, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Todo es mentira de Cuatro TV, aún habrá que esperar a ver la letra pequeña del acuerdo. Es decir, a conocer en detalle todos los términos y condiciones. Algún resquicio legal que permita escaparse de alguna manera de la obligatoriedad. Sobre todo, porque en realidad no tiene ni pies ni cabeza. ¿A quién se cortaría el gas? Normalmente cuando se produce una situación grave, como la que puede vivir Alemania este invierno, lo normal es empezar cortando el gas primero a la industria. Se elabora un listado de las que más energía consumen y se las obliga a parar. Eso cuando hay escasez que en España no es el caso. Por eso, aquí es difícil de justificar. No tiene sentido.
Difícil decirle, por ejemplo, a la industria cerámica de la Comunidad Valenciana que les ha tocado y deben reducir la producción un 20%. No tiene sentido porque hay gas de sobra para todo eso y más. Otra cosa es que como el precio está por las nubes no lo puedan pagar o no les salgan las cuentas. Ahora hay tanto que mientras en Holanda cotiza a 200 euros/MWh en España lo hace a 120. Mucha diferencia y la razón es que en España no hace tanta falta. Hay mucho almacenado. Por tanto, lo complicado es decidir quién debe hacer la reducción. Eso sí, los consumidores domésticos siempre serían los últimos de la lista y por eso hay que estar tranquilos. Llegar al racionamiento en los hogares es muy improbable y no solo aquí sino en toda Europa. No ocurrirá con total seguridad por muchas propuestas irracionales que se ocurran.