Algo más cara, pero a su vez un poco más estable. Ahora, como condición para la excepción ibérica la Comisión Europea quiere regular la tarifa regulada para que no se vea tan afectada por las fluctuaciones del mercado.
Subir arriba. Entrar adentro. Salir afuera. Bajar abajo. Lo de las redundancias es una de las cosas más curiosas… ¡Hasta el corrector del Word avisa que algo no va bien con ellas! pero al final se repiten otra vez! Por cierto, también lo es. Las hay mucho más complejas e interesantes. Algunas de lo más divertidas y, sin embargo, todo el mundo es testigo presencial de que perduran en el tiempo. Para esto no hay conclusión final ni tampoco funcionario público que lo solucione. El mundo de la energía también las tiene. Sin ir más lejos, al hablar de la estabilidad de las tarifas a precio fijo frente al dinamismo de las variables. No hay duda, son polos opuestos además de redundantes. Pues, sobre esta última modalidad de contratación, ahora ha llegado una nueva: la Comisión Europea ahora mismo quiere regular la tarifa regulada.
Única, no hay otra igual en el mundo que esté vigente en la actualidad. El mercado eléctrico español también es una isla energética en Europa en lo que se refiere a esta modalidad. Aquella en la que el Gobierno fija el precio de la luz y a la que también se la conoce como oficial o PVPC. La misma en la que el consumidor paga kWh al precio del mercado mayorista donde se negocian diariamente los precios. Depende directamente de cómo se comporte. Diferente en cada hora y para cada día del año. No hay otra ni de lejos parecida en todo el continente. Eso sí, hay que tener en cuenta algo más. Históricamente ofrece precios más bajos que cualquiera de las tarifas fijas o estables. Algo que, por cierto, no gusta nada de nada a las compañías eléctricas. Siempre han dicho que apenas le podían sacar beneficio.
Antes del próximo 1 de octubre, hay que presentar a la Comisión Europea las líneas maestras de la nueva tarifa regulada que tendrá que estar ligada de algún modo a los mercados de futuros.
Tanto han presionado las eléctricas en la negociación con la Comisión Europea de la excepción ibérica que finalmente se han salido con la suya. Al menos en parte. Así, antes del próximo 1 de octubre, habrá que tener listas y presentar las líneas maestras de la nueva tarifa regulada. A partir de entonces tendrá que estar ligada a los mercados de futuros. Es decir, que será un poco más cara, pero a cambio será más estable y se verá menos afectada por las fluctuaciones y la volatilidad. Por tanto, tendrá algo de precio fijo. No es novedad, como ha recordado, Jorge Morales de Labra en La brújula de Onda Cero. Vamos que ya se ha visto antes esta película en España y hasta se conoce bien el final. De hecho, fue el sistema vigente hasta 2013 cuando tuvo que ser modificado por sospechas de manipulación de precios…
Aún así, las empresas del sector han insistido una y otra vez en que se vuelva al anterior y por algo será… La historia se repite de nuevo, aunque en la mayoría de los países de la Unión Europea funciona más o menos así con algunas diferencias. El caso más significativo es el de Portugal. Allí, el precio de la electricidad es el mismo que en España el 95% de las horas del año. Sin embargo, tienen una mayor estabilidad. La fórmula es sencilla y se calcula con un promedio entre el precio del mercado de futuros y una previsión realizada por una entidad independiente. Eso sí, el precio se revisa solo una vez al año. En Italia parecido, pero luego corrigen las posibles desviaciones. Francia tiene en cuenta el histórico de la nuclear y en Alemania ni existe la tarifa regulada. Hay antecedentes previos… sin ser redundante.