España es el tercer país de la Unión Europea que más energía solar ha aportado al mix eléctrico. Por delante, Países Bajos y Alemania, pero ¿cómo es esto posible? El retraso originado por el impuesto al sol…
A años luz de otros países de Europa y, eso que España es el país con mayor número de horas de sol al año. Solo se le acercan algunas regiones del centro y sur de Italia, Croacia o Grecia. De hecho, si se mira el ranking de las 10 ciudades europeas con mayor número de jornadas con los cielos despejados hasta 7 son españolas. Alicante es la primera de todas y le siguen otras como Murcia, Málaga, Valencia, Las Palmas, Granada y Sevilla. Ya se sabe… con la radiación solar que incide sobre la superficie de Cuenca se podría satisfacer la demanda mundial de electricidad y eso es una gran ventaja competitiva. Sin embargo, aún está lejos de aprovecharlo. Aún le queda mucho recorrido y camino por hacer. Solo hay que fijarse en un dato para confirmarlo. La razón es sencilla.
Mientras aquí solo hay 150.000 instalaciones fotovoltaicas en Alemania hay más de 2.000.000. Tampoco es ningún secreto que casi ese mismo número es la cifra de turistas alemanes que vienen a España cada año en busca, precisamente, de sol. El retraso es evidente. Aun así, los altos precios de la luz han hecho crecer el interés por llenar los tejados de paneles solares para autoabastecerse. Así, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en Visión Global de Radio Intereconomía, si antes de la crisis energética era rentable tener paneles solares ahora debería ser obligatorio. Y es que el que tiene un tejado… tiene un tesoro. El que dispone de uno y no lo está utilizando está desperdiciando su dinero todos los meses. Eso hablando en términos generales porque a las empresas les salen las cuentas mucho mejor.
Para el año 2030 el 75% de la electricidad generada en España debe proceder de fuentes renovables y se estima que más de 14GW procederán de instalaciones de autoconsumo fotovoltaico.
Tienen una mayor simultaneidad con las horas de sol para aprovecharlo. Es decir, consumen cuando hay mayor producción. Todo lo contrario que en las viviendas. Luego hay que resolver el problema de la financiación, pero hay soluciones. La mayor parte de las empresas del sector financian las instalaciones y eso es una gran ventaja. Algunas, además, lo hacen con los propios ahorros que se van a producir en la factura de la luz. Con lo cual hay que insistir en que no tenerlos es perder dinero. Y estas son solo algunas de las razones por las que la demanda se ha incrementado de forma intensa. Eso sí, también refleja que son necesarios cambios estructurales para que la implantación se desarrolle a mucha mayor velocidad. Tampoco hace falta recordar que en España hasta el año 2018 la energía fotovoltaica ha estado prácticamente perseguida con el impuesto al sol.
Una ley tan absurda que casi impedía la ejecución de las instalaciones. Hizo que se perdieran unos años muy importantes. En torno a 4 respecto a otros países. Casi un lustro en el que las instalaciones se multiplicaban por todo el mundo mientras que en España apenas se sumaba un nuevo kW. Por fortuna, desde su derogación se ha recuperado mucho terreno, pero todavía se está lejos de alcanzar la velocidad de crucero. El objetivo que se ha marcado es conseguir que al final de esta década, y por lo menos, el 75% de la energía eléctrica que se genere en el país sea de origen renovable. Hay estimaciones y de ese porcentaje 14GW procederían directamente del autoconsumo, pero pueden ser más. Los datos así lo indican porque el nivel de implantación de instalación de paneles solares en los tejados es muy superior al que se había previsto en 2018.