Más difícil que acertar el pleno al 15 en la Quiniela, prever las subidas del precio de la luz es complicado, pero con planificación hay estrategias para minimizar su impacto en el consumidor.
Ni bolas de cristal ni las cartas del tarot, porque se trata de prever y no de adivinar, predecir o vaticinar. Tampoco el pulpo Paul que tan buenos resultados dio a la selección española en el Mundial de Sudáfrica lo podía haber previsto. Las compañías eléctricas tienen un poco de la frase de Lineker. El fútbol es 11 contra 11 y siempre gana Alemania. Pues eso, siempre sube el precio cuando más se necesita y nadie se ha atrevido a meterles gol en los últimos 20 años. Siempre hay alguna excusa y no es por los árbitros, pero al final siempre pasa. Que si aumenta el consumo por el frío o que si ha subido el precio del gas en los mercados. Motivos internacionales lo llaman. También conjunción de factores, pero al final el resultado es el mismo. Siempre consiguen salir victoriosos y acaba subiendo el precio de la luz.

Más difícil que acertar el pleno al 15 en la Quiniela. Prever las posibles subidas de la electricidad es demasiado complejo. Intervienen demasiados factores algunos casi incontrolables, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en El barómetro de Radio Inter. Pronosticar las bajadas de temperaturas es más sencillo. Digan lo que digan, los meteorólogos llevaban comentando la llegada de Filomena más de una semana antes. Sin embargo, predecir que en Japón y China se iban a quedar sin gas es mucho más complicado. Más aún que iban a estar dispuestos a pagar el doble o hasta el triple. Eso sí, también como en el futbol, lo que sí se podría haber hecho es anticiparse a la situación. Entrenar una estrategia defensiva para que las posibles subidas de precio no se trasladen directamente al consumidor. Es decir, que no llegue a subir al marcador.
Bajas temperaturas, aumento de la demanda, precio del gas elevado y ausencia de renovables. Causas que juntas hacen que el precio de la luz se ponga por las nubes, pero aún hay más…
Empezando por cambiar el reglamento para que nadie se quede en fuera de juego. Ni más ni menos, lo que en el deporte del balón llaman fair plair financiero. Cambio profundo porque implica la modificación de la Ley, pero necesario para evitar injusticias. Es decir, que todos compitan en igualdad de condiciones y las centrales nucleares y las hidroeléctricas no lo hacen. Inflan sus cuentas de resultados a costa de los consumidores. Sí, el 25 de diciembre vendían la electricidad generada con agua a 20 euros MWh. Pues hoy lo venden a 100. Multiplican por 5 sus beneficios en tan solo unos días. Negocio tan redondo como un balón de reglamento. Entonces es cuando uno se da cuenta que el frío, la nieve, y lo del gas de Asía está muy bien, pero también hay otras realidades. Cuesta regular lo que pasa dentro del terreno de juego.

Hay más soluciones. Por ejemplo, cuidar la cantera y los recursos propios, que no son otra cosa que las renovables. Eso en estos días se ha batido el récord histórico del precio de la luz. Ganan por goleada, pero hay que decir toda la verdad. El año pasado fue el más barato de la última década. Cada vez hay más renovables, es la tecnología que está tirando el precio del mercado. Pero claro, son tan irregulares como las jóvenes promesas. Cuando los temporales como Filomena vienen sin viento ni sol su participación en el mix energético se reduce. Las borrascas traen precios altos, pero cuando se dan condiciones adecuadas no fallan y siempre despuntan. Hacen el partido de su vida y bajan los precios hasta límites desconocidos. No tienen adversario y tendrían aún menos complementados con técnicas de almacenamiento. Mayor regularidad.
Reducir el IVA de la luz no es fácil. Las arcas del estado se resentirían en 10.000 millones de euros que habría que compensar con la subida de otro impuesto, probablemente, a los hidrocarburos.
Y todo esto, sin contar aún con el papel del entrenador. El modo en el que hace las alineaciones de las tecnologías para la producción de electricidad. Hay estrategias y también decisiones de política energética en las que la mayoría estará de acuerdo. Ir descarbonizando para cada vez ser menos dependientes de las fluctuaciones del gas y el petróleo. La táctica ganadora es la que cada vez incorpora más renovables. También la que cuenta con el apoyo de su afición para que los consumidores no carguen con toda la subida en sus recibos. Mucho se podría hablar aún de la bajada del IVA y de reorganizar la fiscalidad. Pero como bien dice el Cholo Simeone…, partido a partido. Solo así es posible remontar la factura de la electricidad y conseguir marcar gol. También para acabar con eso de que el fútbol es 11 contra 11 y siempre ganan las eléctricas.