A 8 de cada 10 españoles les preocupa no poder afrontar las facturas y, además, el 80% se lo pensará más antes de encender la calefacción. Afortunadamente hay varias alternativas para entrar en calor este invierno.
La sensación generalizada es que todos quieren consumir menos recursos y poner menos la calefacción que otros años. Algo que una reciente encuesta ha traducido en números. Aquí van algunos porque reflejan que se está produciendo un cambio de mentalidad y de hábitos de consumo. Al 69% de los españoles les preocupa no poder afrontar los recibos de los suministros energéticos y aún un porcentaje mayor asegura que será más exigente para calentar sus hogares. Es decir, se abrigarán más y bajarán los termostatos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay otras formas para tratar de ser más eficientes y gastar menos este invierno. Una de las mejores propuestas de Proxima energia es la aerotermia
Afortunadamente existen alternativas para calentar los hogares de forma más económica y, a la vez sostenible. La más clásica (y también romántica) son las chimeneas de leña de toda la vida o las de (1.) pellets de biomasa. El punto fuerte es el precio. Para todo el invierno apenas llegaría a los 545 euros. Por el contrario, la desventaja es que no sirven para todo tipo de viviendas. Requieren de la instalación bastante compleja de una chimenea exterior y eso no siempre es viable ni posible. Por eso, en las casas convencionales lo que se puede encontrar es otro tipo de sistemas de calefacción para calentarlas. Lo normal es la caldera de gas o las (2.) bombas de calor. El clásico aparato de aire acondicionado que cuentan con opción de emitir aire caliente. Casi todos los modelos modernos la incluyen.
Hay que diferenciar entre las bombas de calor que son muy eficientes y el resto de los radiadores y calefactores eléctricos que consumen una barbaridad. La diferencia en precio puede pasar de 500 euros a más de 1.500.
Por cierto, a pesar de ser eléctricos son muy eficientes. Mucho más incluso que la biomasa. El coste por usarla durante toda la temporada de calefacción sería ligeramente inferior. Eso sí, ambos comparten desventaja. Aunque la instalación es más sencilla debe contar una máquina en el exterior. Así que, la opción a la que se está más acostumbrado son los (3.) radiadores de gas de toda la vida que cuestan algo más. Casi 700 euros siempre y cuando se tenga contratada la tarifa TUR. En caso contrario se podría multiplicar hasta por tres. La ventaja es el confort que proporcionan, pero hay que estar muy atentos a los precios. Más opciones se encuentran en el resto de los (4.) calefactores eléctricos. Muy poco rentables, aunque comprarlos es muy barato. El problema suele venir por correo con la factura de la luz. Hasta 50 céntimos la hora…
Y es que al final lo barato siempre acaba saliendo caro y más porque solo sirven para calentar zonas muy concretas y espacios reducidos. Además, en cuanto se desconectan desaparece la sensación de confort. Sencillamente se esfuma. Hay más… como las (5.) estufas de butano. El precio de la bombona ha bajado, pero utilizarlas entraña algunos riesgos. Deben colocarse en áreas ventiladas y seguir algunas recomendaciones de seguridad. El coste es algo menor que el de los eléctricos que podrían elevar los recibos hasta los 1.255 euros. Por este motivo, la recomendación de Jorge Morales de Labra en 120 minutos de Telemadrid es siempre tratar de buscar las formas más sostenibles, eficientes e intentar que salga económicamente posible. No es fácil porque todas las fuentes de energía han subido a lo largo del año.
La mayor parte de las fuentes de energía han subido este año y, por tanto, va a salir mucho más caro que el pasado. El precio del gas es un 25% superior y el del (6.) gasóleo para las calderas en zonas rurales se ha multiplicado por 2. Así que, ¡cuidado con los combustibles fósiles! Es la regla general menos en la electricidad. Octubre ha sido más barato que el mismo mes de 2021. Ahora mismo está en mínimos de todo el año. Eso sí, lo que no se sabe es cuánto se va a prolongar la situación porque aún es algo inestable. Aun así, se espera que al finalizar 2022 sea un 24% más barata que la media del pasado año. Buenas noticias para no quedarse frío al ver las próximas facturas.