Lavadora, horno, vitrocerámica, campana extractora, plancha, secadora… pero nunca todos a la vez. La clave para saber cuál es la potencia contratada está en la simultaneidad y en distinguirla de la instantánea que aparece en la factura.
De la potencia contratada siempre se dicen un montón de cosas… Que es la parte fija del recibo; que si no te saltan los plomos al menos un par de veces al año es que se tiene más de la que se necesita; o que por cada kW que se pueda reducir son 30 euros menos en la factura anual. Sin embargo, cuando se cuentan todas estas cosas se olvida mencionar una de las más importantes y es el concepto de simultaneidad. Todas estas ideas están relacionadas porque de lo que se trata en realidad es de la cantidad de electrodomésticos que se conecten a la vez. Ese es el auténtico truco para poder reducirla. No se trata de ponerlo todo al mismo tiempo. Horno, vitrocerámica, extractor de humos, lavadora… y, por si esto fuera poco, también el lavavajillas.
Simultaneidad y potencia contratada
Así, saltarían los plomos no dos o tres veces al año si no todos los días y, además, varias veces. Por tanto, la clave para mantener una potencia contratada razonables es irlos poniendo poco a poco y en orden. Paulatinamente. Primero unos y luego otros. Por orden de prioridad. Eso ya como prefiera cada uno. Por este motivo también hay que tener en cuenta que el consumo de los electrodomésticos no es constante durante todo su ciclo de uso. Sin ir más lejos, la lavadora cuando más gasta es en el centrifugado. Hasta 1 kW y el horno en fase calentamiento puede llegar al doble. Exactamente igual pasa con la plancha. Tienen un pico en este momento, pero luego baja… Importante recordarlo porque los plomos no saltan inmediatamente como el sensor de un radar al sobrepasar la velocidad permitida.
Así, si se tienen contratados 5,5 kW y se consumen 6,5 hay que estar tranquilos porque no van a saltar de forma instantánea. Puede estar así unos segundos o incluso minutos sin que se note o pase algo. Evidente, si se trata de consumir 9 kW saltará el ICP rápidamente. Funciona con una relación entre tiempo y potencia que es inversamente proporcional al exceso que se produzca. Cuanto mayor sea el primer factor, menor será el segundo y viceversa. Ahí está la clave para calcularla. El centrifugado suele durar unos 15 minutos, pero no las dos horas de un programa de lavado convencional. Por tanto, no hay que sumar 1 kW de la lavadora más 2 kW del horno durante todo el tiempo. No, solo si justo se empieza a preparar la comida en el mismo momento en el que está terminando la colada.
Potencia contratada e instantánea
Luego ya está la que aparece en las facturas. Todas las compañías están obligadas a incluirla, pero es un dato confuso. No se trata de la media o la habitual sino de la máxima que se ha alcanzado en el último año. Tampoco es fácil encontrarla y, además, es un texto que no hay quien lo entienda ni por la redacción ni por el tamaño de la letra. En cualquier caso, lo que se puede leer es lo siguiente: “la potencia máxima demandada en el último año ha sido de 6,8 en el periodo punta y de 5,4 en el valle”. Y esto acaba sorprendiendo a la mayoría. Más que nada porque los valores suelen ser mucho más altos que los que se han contratado. Así, normal pensar que todo esta bien y no hace falta cambiarla.
Incluso se puede llegar a pensar que la eléctrica le está regalando algo más de lo que aparece en el contrato. De eso, nada de nada y la razón es muy sencilla. Lo que aparece en el recibo es otra cosa. La potencia instantánea no hace saltar los plomos inmediatamente. Pueden pasar segundos o incluso minutos hasta que se dispare el ICP. Cuanto menos confusa la situación para millones de consumidores. Este dato no es el que determina cuánta se necesita.