Para el año 2030 el 75% de la electricidad generada en España debe proceder de fuentes renovables y más de 14GW procederán de instalaciones solares, pero ¿tiene techo el autoconsumo fotovoltaico?
Cambio de mentalidad. La descarbonización de la economía no tiene vuelta atrás. La guerra en Ucrania ha hecho que todos los países de la Unión Europea se estén planteando alternativas más limpias y económicas en el largo plazo. La energía del sol tiene cada vez un papel más determinante. España debe y puede aprovecharse de la situación. De hecho, solo hay que hacer las cuentas… Entre mayo y agosto de este año el 17% de la energía eléctrica del país se generó a partir de energía solar. O lo que es lo mismo, ha llegado a suponer un ahorro aproximado en importaciones de gas de más de 4.600 millones de euros. No acaba ahí la cosa… Las instalaciones de autoconsumo también están experimentado un gran impulso a través de los fondos europeos Next Generation. Importante para aliviar el problema de la inversión inicial.
Entre mayo y agosto de 2022 el 17% de la electricidad española se generó en instalaciones fotovoltaicas. Cifras que suponen un ahorro en la importación de gas de más de 4.600 millones de euros.
Por todo esto y sumado al actual contexto económico y con un futuro sostenible por delante es muy difícil ponerle techo a este tipo de energía… Hay ya cálculos que aseguran que podría llegar a satisfacer más de la mitad de las necesidades energéticas de España, aunque aún queda para alcanzare esas cifras. Eso sí, como ha recordado Jorge Morales de Labra en Visión Global de Radio Intereconomía la tendencia es muy positiva. Sobre todo, tras la derogación del impuesto al sol. Si en el año 2017 tan solo suponía el 3% del total… Tan solo 5 años después ya alcanza el 10% de media. En algunos momentos aún más. El incremento en el último lustro es notable, pero aún le falta para que sea mayoritaria. Y eso sin contar las baterías.
También están en pleno crecimiento y simultaneadas con la solar harán que se convierta en la principal fuente de generación. Difícil saber si llegará a ser la mitad, pero sí que hará que sea más importante que la eólica y la nuclear. Por cierto, las mayoritarias en estos momentos. Cada una supone más o menos el 20%. Por eso, el autoconsumo fotovoltaico parece no tener techo. Queda mucho margen de crecimiento. Solo hay que pensar que cuando en 2020 la electricidad costaba 33 euros/MWh las instalaciones se amortizaban en 10 años. Tiempo que en términos financieros se considera largo plazo y lo normal es que se eligieran otro tipo de inversiones. Sin embargo, ahora la cosa ha cambiado bastante. Tan solo dos años después con el precio de la luz por encima de los 200 euros se han reducido los plazos a menos de la mitad.
Boom al que aún le queda recorrido. Mientras en España hay unas 150.000 instalaciones de autoconsumo, en Alemania ya son más de 2 millones. Todavía queda margen de crecimiento.
Así, de seguir en esos altos niveles en 48 meses se puede recuperar perfectamente y solo con los ahorros en el recibo. Por tanto, el único freno que le queda es el económico, y cada vez menos, hasta que la crisis energética europea se resuelva o, al menos, se suavice. Ahí es donde las subvenciones y ayudas de, precisamente, los fondos Next Generation pueden ayudar. En cualquier caso, no se prevé que los precios bajen hasta finales de 2025… Por lo tanto, las instalaciones que se hagan ahora ya estarán casi amortizadas para esa fecha. Por cierto, la misma en la que el impulso a la energía solar empiece a reducirse. Sin embargo, ese no será aún el techo del autoconsumo. Queda camino por delante y sin empezar la casa por el tejado.