¿Por qué cuesta tanto cambiar de compañía de la luz?
¡Vuelva usted mañana! Todo el mundo habrá pensado en más de una ocasión en cambiar de compañía de la luz para pagar menos. Al final, entre unas cosas es algo que se va dejando y se acaba pagando de más durante mucho tiempo, pero ¿por qué?
Es solo decir la palabra factura y ya le entra a todo el mundo un poco los nervios… Pero si a eso se le añaden tres palabras más, de la luz, es ya directamente como para echarse a temblar. Y es que la mayoría cree que es muy difícil entenderla y lo han dejado por imposible. Vamos, que consideran que es más sencillo comprender el Bosón de Higgs que el recibo eléctrico. Esta es una de las principales razones por las que cuesta tanto cambiar de compañía, aunque se sepa de sobra que se está pagando de más. Hasta los psicólogos y muchas personas le han puesto nombre a este fenómeno. ¡La cuota de la pereza! Todo porque la verdad es que cuesta mucho cambiar de compañía de la luz o, incluso, de tarifa dentro de la misma.
¿Cambiar o no cambiar de tarifa de la luz o de empresa?
No, no se trata de una cuestión de fidelidad ni tampoco es exclusiva del sector de la electricidad. También pasa con los seguros o la telefonía y comunicaciones. Da la impresión de que es mejor quedarse así, como uno está y así se van prorrogando los contratos durante años y por tiempo indefinido. El problema es que nunca se llegan a actualizar conforme a los nuevos tiempos o a las características del mercado. La consecuencia no es solo que se esté pagando de más, sino que probablemente se estén perdiendo grandes oportunidades para ahorrar. Por eso se llama así. Da tanta pereza ponerse a comparar precios que al final se prefiere pagar un poco más y quedarse como uno está. Lo peor de todo es que es algo que se hace de forma consciente.
¿Por qué cuesta tanto cambiar de compañía de la luz? La tarde de COPE (25 de septiembre de 2024).
Razones por las que cuesta tanto cambiar de compañía de la luz
Cuesta dar el paso al cambio por muchos motivos, pero el fundamental es el desconocimiento. También porque siempre da la sensación de que va a ser muy difícil. Un auténtico lío en el que uno se puede equivocar o dejarse engañar para terminar pagando de más. Seguro que hay una Ley de Murphy que lo explica a la perfección. Algo así como que lo aparentemente barato se acaba convirtiendo en caro justo en el momento en el que se firma el contrato. Eso también ocurre más a menudo de lo que se puede imaginar. Por eso, lo de la luz es más complicado de lo que parece. Solo hay que coger una factura para comprobarlo. Parece diseñada única y exclusivamente para complicar la vida a las personas. Todo evoluciona y la factura es cada vez más compleja.
Eso aparentemente porque mientras sucede todo esto en España se han batido récords de cambios de compañía eléctrica. Más de dos millones de personas han hecho el cambio en el segundo semestre de 2024. Así que, lo de la pereza es más una excusa que otra cosa…
Esta cifra indica que en realidad sucede todo lo contrario. En el otro extremo están aquellos que han convertido los cambios de compañía en un auténtico estilo de vida. En cuanto se acerca la fecha de vencimiento del contrato ya están llamando a las empresas suministradoras, y a otras, para ver si pueden mejorar las condiciones. No hace falta ni apuntárselo en el calendario porque cuando va a finalizar el contrato tienen la obligación de comunicar la renovación con el cambio de condiciones. Hay quien tiene hasta sus propias hojas de cálculo, pero tampoco es necesario. Hay soluciones más sencillas como el comparador de la CNMC Otra cosa es que convenzan cuando llaman por teléfono y ahí es donde hay que estar más atentos… Aun así, más de 2 millones de consumidores han cambiado de compañía en los últimos tres meses. Será por algo.