Sin gas de la noche a la mañana. De un día para otro el gas de Rusia ha dejado de llegar a Polonia y Bulgaria, ¿cuáles son las verdaderas intenciones tras estos cortes de suministro?
Es decir, ¿se atreverá a cortarle el gas a Alemania sabiendo las grandes consecuencias que puede tener no solo para su economía sino también para la del resto de países de la Unión Europea o de nuevo puede ser un farol de nuevo del presidente ruso?
En realidad, no se trata de un farol, sino que tiene una intencionalidad clarísima. Algo que se ve a diario en los mercados internaciones y que solo se puede llamar de una manera, precio. Nada más sencillo y a la vez tan complicado que mantenerlo excepcionalmente alto. No se le da mal porque lleva haciéndolo durante más de un año y lo hace con toda la intención del mundo. Está tan claro como las cuentas de resultados de la empresa pública gasista Gazprom. Ayer mismo dio a conocer sus cuentas y ha multiplicado por 10 las del año anterior. Eso si que es realmente complicado de conseguir. Tan difícil como que ese mismo día una empresa petrolera española también hizo públicos sus beneficios y solo los ha conseguido duplicar. Tampoco está nada mal si se tiene en cuenta que se está viviendo la mayor crisis energética desde los años 70.
No hay que echar un vistazo a las cotizaciones del gas. Aunque ha llegado a estar mucho más alto, ahora mismo se sitúa en los 100 euros/MWh. El año pasado por estas mismas fechas era de menos de 15. Así que, cada vez que Vladimir Putin hace algún tipo de declaración como esta siembra el pánico en los mercados. Solo con eso consigue fácilmente incrementarlo entre el 10% y el 20%. Oscilaciones que hasta hace bien poco eran consideradas como una barbaridad. Solo un ejemplo real para verlo… La semana pasada estaba ya en 90 euros por MWh y la tendencia era que continuara a la baja… Por eso, parece que cada vez que se reduce desde Rusia hacen o dicen algo para controlarlo y mantenerlo lo más alto posible. Solo con el corte de gas a Bulgaria y Polonia de nuevo ha superado los 100.
No es tan importante porque su consumo es menor que el de otros países de la Unión Europea. Sin embargo, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Mediodía COPE, la posibilidad de que se pueda extender a otras regiones genera inestabilidad en los mercados. Juego del que en el sector se empieza a estar un poco aburrido. Más que nada porque cuando el precio sube lo hace muy rápido. Como la espuma, pero luego bajar le cuesta bastante más. Todo está muy estudiado. Por eso, cuando se produce una bajada sostenida durante unos cuantos días sueltan su particular bomba de relojería. Ahí está la razón por la que no van a cortar el gas a nadie más y menos a Alemania, uno de sus principales clientes. Eso sí, les subirán el precio todo lo posible. La economía de Rusia depende de las exportaciones energéticas y las necesitan.