Frío, frío… Si el día de Navidad de 2020 se tenía uno de los menores precios mayoristas de electricidad con 16 euros MWh, tan solo 13 días después se ha multiplicado por 7 para superar los 90 euros.
Cigalas y centollos a precio de oro y de las angulas, que no gulas, mejor ni hablar. Se ve en los mercados cada vez que se acerca la Navidad. El precio del marisco, también del besugo o el cordero, sube y lo hace sin parar. Eso sí, siempre hasta que llega la festividad. Luego vuelve a la normalidad. Pasados unos días no cuestan ni la mitad. Comprar hoy gambas y langostinos es mucho más barato que la mañana de Nochebuena. Así es ley de la oferta y la demanda en su máxima intensidad. Todo, porque como bien se dice en Economía, los recursos son limitados. Sí, al aumentar la demanda la oferta se tensa y da irremediablemente como resultado que los precios se disparan. Pues, exactamente, lo mismo es lo que sucede con la luz al tratarse también de un mercado liberalizado. Lo mismo, pero al revés.
Malas noticias para empezar el año y eso que arrancaba con la electricidad más barata de la década. Si el 25 de diciembre alcanzaba el precio mínimo con 16 euros por cada MWh, hoy, tan solo 13 días después cuesta algo más de 90. Casi 7 veces más en menos de dos semanas. Para explicar los motivos ha estado Jorge Morales de Labra en Espejo Público de Antena 3. Eso sí, para encontrar la respuesta no hace falta ir hasta los puestos del mercado, basta con asomarse a la ventana. Nieve y un frío que pela. Mejor tenerlas cerradas salvo para ventilar la casa. En invierno el consumo es siempre mayor. Y, además, a eso se une la ola de frío que está recorriendo todo el hemisferio Norte desde Francia hasta China o Japón. Pues, por si todo esto fuera poco, la pandemia lo complica todo aún más.
La factura de la luz media en España en 2020 fue de 55 euros mensuales, la de enero, de mantenerse la actual situación, llegará hasta los 70. Incremento de casi un 30%.
Todo está relacionado. Las circunstancias sanitarias obligan a ventilar más y, sobre todo, más a menudo. Pues eso no significa otra cosa que un aumento del gasto en calefacción y, por tanto, de la demanda de gas. No pasaría nada sino hubiera una segunda razón más. El precio del gas también se ha disparado casi por el mismo motivo. Japón y China se han quedado si reservas de este combustible y lo están comprando a precio de oro. Hasta el que llega de Argelia a través del gaseoducto se ha desviado al Este de Asia. La razón es sencilla. Allí están pagando más. De hecho, casi el doble. Pues para complicarlo aún todo hay un tercer motivo para esta subida del precio de la luz. Ahora mismo hay pocas renovables que abaraten el recibo de la electricidad. Filomena está trayendo mucha nieve, pero poco sol y menos viento.
Ya se sabe lo que pasa cuando las renovables pierden peso… ¡El precio se dispara! Y no hay que echarle un vistazo a la cesta de producción del sistema eléctrico para entenderlo. En las menos de dos semanas que van desde Navidad hasta hoy 8 de enero las cosas han cambiado mucho. Sobre todo, en lo que se refiere a las tecnologías de producción eléctrica, aunque el peso de las nucleares ambos días era el mismo. La diferencia está en que el 25 de diciembre la aportación de las renovables era mucho mayor. Mucho más viento y su ausencia hoy hace que tengan que ser sustituidas por combustibles fósiles. Básicamente carbón y, también gas que ya se sabe a qué precio está… Además, hay que tener en cuenta otro dato, los intercambios. Hoy se está comprando energía a otros países mientras que hace 13 días se vendía el excedente.
Francia, en este contexto, ha alcanzado el nivel rojo de producción de energía y ha pedido a los consumidores la racionalización en el uso de la electricidad para no colapsar el sistema.
Lo mismo que con el marisco, pero con un bien de primera necesidad. Al final, se va a notar en los bolsillos. Si la factura media en España es de 55 euros al mes, ahora en enero puede llegar a los 70. Importante subida de casi el 30%, pero hay que recordar que será temporal y también por Filomena. Todo depende de cómo y cuánto tiempo se mantengan estas excepcionales condiciones meteorológicas. Después, es de esperar que todo vuelva a la normalidad. La de los precios bajos y factura más barata de los últimos 10 años. En torno a los 60 euros. Eso sí, hasta que pase hay algunas cosas que se pueden hacer estos días. Cuidado con la calefacción si es eléctrica, salvo que sea una bomba de calor. Más eficientes. Radiadores y estufas consumen hasta 3 veces más. La misma diferencia que entre langostinos y ostras.