La cara, ahorro de 7 euros para las familias; la cruz, menor recaudación del Estado; pero en el impacto de la bajada del IVA de la luz, la moneda también puede caer de canto. Efecto neutro sobre las empresas.
El recibo del mes de junio promete ser el más caro de la historia. Así, tal cual. Subirá por encima de los 80 euros de media. Eso si se tiene tarifa variable porque si es a precio fijo puede ser peor. Por eso, había que tomar medidas muy urgentes para contenerlo. Tocar los impuestos es la más rápida, pero tampoco es la solución definitiva. El efecto de suprimir el de generación y de bajar el IVA es casi inmediato, aunque tiene sus consecuencias. De primeras, que España pasará de tener una de las mayores presiones fiscales sobre el recibo de la luz, a ser la tercera o cuarta que menos. Al 10%, el Impuesto sobre el valor añadido de la electricidad sería igual que el de Italia y estaría por debajo del de Francia o Alemania donde se paga el 11%. También de Irlanda (13,5%).
Por la bajada del IVA de la luz en los 6 últimos meses del año el Estado dejará de ingresar cerca de 800 millones de euros, que podrían ser menos en la medida en que los precios sigan altos.
Buenas noticias para los consumidores, pero no tanto para Hacienda. Perderá medio año de la recaudación del impuesto. En total pueden ser 1.700 millones de euros de menos por reducirlo del 21% al tipo reducido. Eso en términos anuales, como ya se está a mediados de año en realidad serían 800. Aun así, demasiado. Por el IVA de la electricidad el Estado ingresó en 2020 casi 5.500 millones según la Agencia Tributaria. Además, básicamente lo pagaron las familias y las Administraciones Públicas. Las empresas suelen deducírselo. Incluso los años prepandemia la recaudación era aún mayor. Podía llegar hasta los 6.500 millones de euros. Así, ingresará este año menos, pero los altos precios de la electricidad permitirán compensar en parte las pérdidas.
La cruz y ahora la cara de la moneda. Porque esto, como ha contado Jorge Morales de Labra en Hora 25 de la Cadena SER, para los hogares tiene una lectura bien distinta. La rebaja del 11% en el IVA se notará en los recibos. Entre 7 y 8 euros al mes y eso son casi 100 al año. Descuento más que importante, pero no acaba de solucionar el problema. Y es que la factura media ha subido más de 20 a causa de los altos precios en el mercado mayorista. Están descontrolados y 7 euros de ahorro solo solucionan un tercio del problema. Aún así no está nada mal para empezar, pero aún quedan por reducir otros 14 que nada tienen que ver con impuestos ni con fiscalidad. Todavía queda donde rascar, pero su efecto no es tan inmediato en la economía de las familias.
Buenas noticias para las familias, 11% menos de IVA son entre 7 y 8 euros de ahorro en cada recibo. Mientras que para las empresas tendrá efecto neutro. Al final acaban deduciéndoselo.
Así, España va a pasar de tener la quinta factura más cara de la UE a colocarse en los niveles de Suecia, Austria, Holanda e, incluso, por debajo de la de Portugal. Sin embargo, esta medida no afecta para nada a la atracción de inversión ni tampoco a las empresas. Lo que pase con el IVA es prácticamente irrelevante en el mundo empresarial. Tienen un efecto neutro. Ni les beneficia ni les perjudica. A ninguna salvo para algunas actividades concretas que no tienen consideración de económicas como pueden ser la educación o las administraciones públicas. Estas últimas sí que lo pagan como cualquier persona física. Lo mismo para ciertas categorías de autónomos. El resto se lo deducen en sus declaraciones trimestrales y les resulta indiferente la bajada del IVA.