Tiene sentido, que las fuentes de energía en las que no hay competencia como nucleares e hidroeléctricas perciban un precio fijo por la electricidad generada, pero ¿cuál sería el nivel de la retribución para que fuera justa?
Con lo que les gusta a las grandes eléctricas cobrar a los consumidores con tarifas a precio fijo cuando oyen hablar de que a ellas les paguen por la energía mediante una fórmula similar se empiezan a poner nerviosas. Ya se sabe… 30% más caras que las variables en los últimos años. Eso de media, pero eso no es nada comparado con el 500% de beneficio que obtienen vendiendo agua a precio de champán. Más bien, energía hidroeléctrica muy barata a precio de la producida por gas que está disparado en los mercados mayoristas. Normal que se resistan a la última de las propuestas para tratar de hacer bajar el precio de la luz: poner un precio fijo para la energía nuclear y otro máximo para la hidroeléctrica. Tiene sus cuestiones legales, pero no suena del todo mal porque son tecnologías en las que no hay competencia posible.
En lo que se refiere a costes de producción, ahora mismo nucleares e hidroeléctricas no son las más baratas, pero casi. En estos momentos, más económicas aún son la eólica y la solar de nueva generación. Por tanto, serían las de menor precio de las tecnologías más antiguas y también de las que ya están funcionando en la actualidad. Eso sí, dependiendo del tipo de salto de agua las hidroeléctricas podrían serlo, pero la mayoría de las horas del día son las que marcan el precio máximo en el mercado mayorista. Curioso, por cierto, lo que sucede con ellas como ha contado Jorge Morales de Labra en Hoy por hoy de la Cadena SER. Este tipo de centrales se explotan por concesión durante un determinado número de años. Terminado el periodo deberían revertir al Estado y en lugar de eso se prorrogan casi de forma automática.
El sistema marginalista hace aguas por todas partes y, precisamente, por la falta de competencia en la energía hidroeléctrica el agua se acaba vendiendo a precio de champán incluso para poner la lavadora.
Así, gracias a que en algunos casos se han conseguido recuperar, sobre todo en la Confederación Hidrográfica del Ebro, se han podido analizar sus costes reales de producción. Pues, la sorpresa ha sido mayúscula porque son capaces de ganar dinero a tan solo 20 euros por MWh. 5 veces menos de lo que está marcando en estas fechas el mercado mayorista que está de media por encima de 100. Es decir, que por cosas del sistema marginalista de fijación de precios obtienen beneficios de más del 500%. Lo nunca visto. No hay ningún otro negocio en España ni casi en el mundo en el que se gane tanto invirtiendo tan poco. Y eso es algo que solo es posible explicar porque no tienen competencia. Ahora mismo no hay quien pueda hacerles sombra y eso sin contar con que es la única fuente de energía que se puede almacenar.
Ni siquiera pueden las nucleares cuyos costes son también relativamente bajos si no se les imputa la llamada tasa nuclear. Es decir, lo que pagan por la gestión a largo plazo de los residuos radioactivos y también por el desmantelamiento de las centrales cuando dejan de funcionar. Tienen una gran ventaja. La legislación española les exige que se hagan cargo económicamente, pero solo de forma parcial. No por todo el importe. Más beneficios para las grandes eléctricas y, sin embargo, es la única tecnología que estaría de acuerdo en percibir una retribución fija. Ellas mismas lo han propuesto hace unos días y no es tan raro. En Francia ya lo hacen así y no les va tan mal. Precios altos de la luz, pero no tanto como en España. Eso sí, el problema estaría en determinar el nivel de ese precio fijo y han pedido 60 euros MWh.
De 2.300 millones de euros es el agujero económico que han generado las nucleares a la empresa pública Enresa por la gestión de sus residuos y la cuenta sigue subiendo año tras año.
Precio que comparado con los más de 100 euros por MWh que se están pagando últimamente puede parecer un chollo. Sin embargo, no hay que olvidar que la medía de la última década ha sido de menos de la mitad. 47 euros/MWh incluyendo a todas las tecnologías. Incluso, la más cara de todas, el gas. Así que, pagar 60 euros solo por la nuclear es una auténtica barbaridad. Ahora y en 2030 cuando se empiecen a desmantelar las centrales. En ese momento los mercados de futuros anticipan que el precio de la electricidad en el mercado mayorista no será superior a 30 euros. Por lo tanto, si las eléctricas quieren esa retribución es porque evidentemente les salen muy bien las cuentas y así también ganan mucho. Maximizan sus beneficios en el mercado mayorista y luego los multiplican en el minorista con tarifas a precio fijo para los consumidores.