Casualidad o no, nueva tarifa de la luz y paneles solares están muy relacionados. Las horas más caras coinciden con las de mayor cantidad de luz y sol y eso, sin duda, hay que aprovecharlo. Mayor ahorro.
Llega el verano. En junio siempre lo que toca es darle la bienvenida al sol y al buen tiempo, pero también a la nueva tarifa de la luz. Pues este año no va a hacer falta esperar al 40 de mayo para ninguna de las dos cosas. Suben las temperaturas. También el consumo de energía a la hora de poner lavadoras, lavavajillas, … o de conectar cualquier otro dispositivo electrónico. Costará más o menos dependiendo del momento del día. Las diferencias son importantes y no se trata de planchar de madrugada para ahorrarse 38 euros al año. Hay mucho más. Algo complicado, pero excelente oportunidad para el ahorro. La polémica está servida… Así, desde el 1 de junio el día se dividirá en tres tramos. El horario más caro, también llamado punta, será de 10 de la mañana a 2 de la tarde y de 18:00 a 22:00.
Las horas prohibidas, las más caras, son de 10 de la mañana a 10 de la noche salvo las de la siesta. Eso de lunes a viernes porque fines de semana y festivos serán siempre periodo valle.
Tres veces más costará la electricidad a esas horas respecto de las más económicas. Esas son de las que hay que tomar buena nota. Las que van desde la medianoche hasta las 8 de la mañana de lunes a viernes y fines de semana y festivos al completo. El resto serán intermedias, de las de ni frío ni calor para los bolsillos. Viendo así los horarios lo primero que llama la atención es que precisamente las horas en las que hay que pagar más son las de mayor luz y sol. Sí, la casualidad ha querido que el tramo prohibido sea cuando más partido se le pueden sacar a los paneles. Más ahorro para los que aprovechen la energía solar para producir su propia electricidad. Limpia y más económica todavía. El nuevo boom de la tecnología que está cambiando el mundo, aunque aún hay quien le tiene cierto respeto.
Pues lo primero que hay que saber, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Cuatro al día de Cuatro TV es que paneles solares los hay de dos tipos. Los más habituales y los que la mayoría de las personas conocen bien son los térmicos. Los que calientan agua, pero no los que producen electricidad. Esos son los llamados fotovoltaicos y tienen mayor complejidad. Todo porque al final no dejan de ser un circuito eléctrico y puede llegar a asustar, aunque no debería. Sin entrar en detalles tienen unas celdas que capturan la energía del sol. Deben colocarse perpendiculares a este, pero tampoco es necesario. De hecho, incluso en días nublados empiezan a producir algo de electricidad. Después los paneles se van conectando unos a otros mediante cables que hay en la parte trasera y que llegan al inversor.
La inversión en una instalación fotovoltaica se puede amortizar mucho antes de lo que se piensa ya que su rentabilidad es superior al 5% anual. Más de lo que ofrece cualquier banco.
Auténtico corazón y cerebro de la instalación fotovoltaica. Transforma la energía que sale de cada uno de los paneles y la inyecta a la red eléctrica. Tan sencillo como eso y a la vez tan difícil como toda la física cuántica que lleva por detrás. La solución definitiva para planchar cuando toque hacerlo y todo lo demás sin tener que mirar el reloj. Lo del agua caliente es más fácil. Basta con un programador para el termo y listo. Sin embargo, hay cosas que no se pueden dejar de hacer. Pues por la energía que producen no se paga a la compañía eléctrica y esa es una diferencia importante. Nunca figurará en el recibo de la luz, pero no basta con subirse al tejado para instalarlo. Muchos son los factores a tener en cuenta y las dudas siempre van en aumento. En Próxima Energía las resolvemos todas.