Lo de los altos precios ya no es solo cosa de la electricidad también han llegado a los combustibles coincidiendo con la operación salida de verano y la vuelta de la movilidad.
No, no solo es cosa de la luz. Toallas, bañadores, chanclas… Los que estén preparando las maletas para salir de vacaciones tienen que saber que llenar el depósito para llegar a la playa les va salir mucho más caro. Hasta 15 euros y eso es un 25% más que el año pasado. Sí, justo ahora que comienza el verano y los viajes por carretera va y suben los combustibles. Siempre pasa lo mismo. Más ocio, tiempo libre, movilidad, … y también precios más altos. Solo para hacerse una idea el litro de gasolina ya cuesta 1.37 euros cuando hace doce meses costaba poco más de uno. El diésel tampoco se queda atrás. Otro 20% de aumento para que luego no se diga y ha pasado de 0.95 euros a 1.26. Al final todo suma o más bien resta en los bolsillos.
Sube la gasolina y ya cuesta un 25% más que el pasado año. Más de 15 euros al llenar el depósito y el diésel no se queda atrás. De 0.95 euros por litro a 1.26 en menos de 12 meses.
Por supuesto, que en esto influye el precio del petróleo, pero también los impuestos. Además, como con la electricidad, está en máximos históricos y se espera que siga subiendo. A 76 dólares el barril que no es poco. Y es que, como ha comentado Jorge Morales de Labra en 120 segundos de Telemadrid, los mercados de materias primas están disparados. Sin embargo, no todos lo transmiten igual a los consumidores. Sin ir más lejos, el gas que también está muy alto, tiene una fórmula que evita subidas bruscas entre trimestres. Lo contiene, pero nada evitará que con la llegada del frío y el invierno también vuelva a aumentar. Así que gas, petróleo, electricidad… totalmente disparados y sin solución a corto o medio plazo.
Situación que no hace más que reflejar que en realidad lo que hay es un problema clarísimo de modelo de mercado y también de recuperación económica tras la pandemia. Mucho más rápida de lo que se pensaba. Tanto que ha pillado a contrapié a la industria y a los recursos disponibles de materias primas. Es decir, tardan más tiempo en reaccionar de lo que se ha incrementado la demanda. Ya ha vuelto a niveles de 2019 y eso genera tensiones en los mercados. En cualquier caso, hay que irse acostumbrando ya mismo a las constantes subidas y bajadas de precios de los combustibles fósiles. En pleno cambio de modelo energético se acerca el final de una era. Es el adiós del petróleo y va a morir matando.
El precio de las materias primas se encuentra disparado por un problema de modelo de mercado y porque la recuperación económica tras la pandemia está siendo más rápida de lo esperado.
Es decir, el ultimo barril de petróleo va a costar muchísimo. Mucho más de lo que nadie pueda imaginar y no porque se vaya a terminar. Todo lo contrario. Van a quedar grandes reservas de crudo bajo tierra, pero las compañías del sector ya no van a invertir lo suficiente para extraerlo. Por tanto, lo que hay que empezar a exigir es que los mercados funcionen correctamente. Sobre todo, el de la electricidad. Más que nada porque la sustitución natural será por el coche eléctrico. Eso sí, entonces para que el cambio sea aún más rápido tiene que salir barata. Cuanto más mejor y con precios como los que se están viendo estos días de 80 o 90 euros por MWh se dificulta y mucho la transición. Energía más barata para cambiar de modelo.