Luz más barata, y que pague más quien más contamine, trasladando una parte de los costes que ahora están en el recibo de la electricidad a los del petróleo y del gas.
Y, además con mucha urgencia. Todo sencillamente porque en las cuentas del sector eléctrico se ha vuelto a generar un agujero millonario. Parece no tener fondo y no es la primera vez que ocurre. Aún todos los consumidores están pagando en sus recibos de la luz otro que se generó hace ya algunos años. Llegó a superar los 30.000 millones de euros y aún queda más de una década para taparlo totalmente. El de ahora no es tan profundo, pero crece a un ritmo de 500 millones anuales. Hay que atajarlo ya mismo no vaya a hacerse aún mas grande. Impensable incluso que ambos se lleguen a solapar. Sería casi imposible de sostener. De ahí, la urgencia y la solución que ha encontrado el Gobierno ha sido esa. Traspasar parte de los costes que ya estaban en el recibo de la luz al gas y a los derivados del petróleo.
El agujero en las cuentas del sector energético ya supera los 7.000 millones de euros y crece a ritmo de 500 millones más al año y parte de la solución pasa porque lo pague quien más contamine.
Eso sí, lo que hay que ver ahora es cómo afectará ese traspaso al recibo de la luz y si hará bajar el precio de la electricidad. Pues, tal y como ha explicado Jorge Morales de Labra en Las cosas claras de TVE, depende de varios factores. Sobre todo, de la cantidad que finalmente se decida traspasar. También que será algo gradual. No se puede hacer todo de golpe y porrazo en 2021. La cuenta ya va por 7.000 millones de euros y sigue subiendo cada año. Se han dado 5 años de plazo para hacerlo poco a poco, pero cada vez más. Ese es el plan. Es tan grande la cantidad, que puede pasar que llegue el año 2025 y aún haya una parte que siga en el recibo de la luz. Así que no hay que esperar que haya grandes bajadas en el precio de la electricidad.
Más bien todo lo contrario. Lo normal es que sirva para, una vez traspasados los costes a otras fuentes de energía, evitar que aumente. Sí, para frenar y atenuar futuras subidas del precio de la luz. Eso sí, lo que irremediablemente subirá es lo que se paga por la gasolina y el gas. Por lo tanto, eso que dicen de que lo asumirán las energéticas, nada de nada. Afectará a los bolsillos de los ciudadanos, pero lo hará dependiendo de sus necesidades. Es decir, hay muchas familias que dependen mucho del coste del gasoil para desplazarse al lugar de trabajo y otras que no. Lo mismo con la calefacción. Pues las primeras lo notarán incluso aunque su recibo de la luz se haya congelado o, incluso, disminuido. El argumento es sencillo: Transición energética y que pague más quien más contamine.
Toca descarbonizar el sector energético. Favorecer el consumo de electricidad para que cada vez haya una mayor y más fuerte presencia de renovables. Energía más barata y limpia pasando parte de los costes a las que más contaminan. Más beneficios para el medioambiente y para la sociedad porque, además, la propuesta coincide con un hito de la justicia. Por primera vez se ha atribuido la muerte de una niña directamente a la contaminación. Sentencia histórica en el Reino Unido. Algo de lo que ya vienen avisando los científicos desde hace años y que no es un tema menor. El aire contaminado mata a más gente al año que los accidentes de tráfico. Lo que en Economía se llama externalidades no es otra cosa que todo lo que no está incluido en el precio. Pues en el caso de los combustibles fósiles están claras y también hay que pagarlo.