Lo mismo que con los paneles solares en casa… Llegar al 80% de producción renovable es relativamente sencillo. A partir de ahí subir cada punto porcentual hasta el 100% va a ir costando un poco más.
Difícil, casi imposible. Ambicioso objetivo el de que dentro de menos de 15 años toda la energía que se genere en España proceda de fuentes renovables. Bueno para el planeta, pero hay que reconocer que va a ser muy difícil llegar al 100% para el año 2035. Es la tendencia y, sin duda, el camino a seguir. Sin embargo, el objetivo más realista y el que sí se debe y puede logar es el del 80% cinco años antes. Eso, por supuesto, si se realiza la suficiente inversión. Ahora mismo en torno a la mitad de la electricidad española tiene origen sostenible. Incrementarlo hasta ese punto no debería ser complicado porque en realidad sucede un poco lo mismo que con las instalaciones fotovoltaicas domésticas. Al poner paneles solares en casa en seguida se empieza a cubrir una parte importante del consumo.
En torno a la mitad o incluso algo más. Luego con una batería se puede llegar hasta el 80%, pero a partir de ahí cada punto porcentual va a ir costando cada vez más. ¿Por qué? Sencillo, es algo que se puede comprobar en estas semanas a la perfección. El precio de la luz puede cambiar y mucho de un día para otro. Incluso desplomarse en una única jornada para volver a ponerse tan solo unas horas después de nuevo por las nubes. Y todo porque haga sol o deje de soplar el viento. Así de fácil… Ahora a lo que hay que estar muy atentos es a estas dos circunstancias meteorológicas. Además, el frío, además, hace aumentar la demanda y eso no son buenas noticias. Si apenas hay aportación renovable se nota también en los bolsillos. Más gas en el mix eléctrico para generarla y oscilaciones de precio.
Ni 100% energía solar, ni tampoco 100% de cualquier otra fuente. Los sistemas eléctricos de todo el mundo diseñados para que funcionen con un mix de tecnologías que además incluyen alguna forma de almacenamiento.
Por eso, hoy de lo que se habla es de sustituir el gas por otra cosa. Vuelve el debate de la energía nuclear y eso que parecía superado hace décadas. El problema es que en ningún caso deberían ser comparadas con las renovables. Habría que situarla más en el lado de las tecnologías que utilizan combustibles fósiles y esas emiten gases de efecto invernadero. Mucho más barata y menos contaminante que el carbón o el gas, pero también tiene sus inconvenientes. Sobre todo, la gestión de los residuos durante miles de años. Y es que no hay que olvidar en ningún momento que todo esto está relacionado con la emergencia climática. Algo que hay que solucionar antes posible y el único camino es reducir el máximo las emisiones de CO2. En España en concreto consistiría en prescindir del gas porque ya se ha dicho adiós al carbón.
Ahora mismo supone algo más del 25% de la producción eléctrica nacional. Afortunadamente, como ha recordado Jorge Morales en Mejor contigo de La1, ahora mismo nadie se plantea la construcción de nuevas centrales de gas. Al final irán desapareciendo también progresivamente. Además, hay que tener en cuenta otra cosa. Cada euro que se invierte en nucleares es un euro menos para potenciar las renovables. Por eso, ahora la cuestión del modelo energético es clave. No solo hay que hablar de renovables sino también del tipo de renovables que hay que construir. No es lo mismo hacer macro parques de 800 hectáreas de grandes empresas que al final sigan controlando los precios que pequeñas instalaciones sobre las cubiertas en cada una de las casas. Ahí, si, es más sencillo llegar al objetivo 100% sostenible si a los paneles se le añade aerotermia y coche eléctrico.