Ni son tantos los impuestos, ni tampoco los más altos de Europa. Son solo dos e iguales en todo el país, aunque no se apliquen del mismo modo a los diferentes combustibles. ¿Bulos o verdades a medias?
Automático. Siempre pasa lo mismo. Es hablar del precio de la gasolina y, en seguida, se les echa la culpa a los impuestos. No es que sea poca su influencia. Tampoco son muchos. De hecho, son dos. IVA y el Especial de Hidrocarburos que juntos suponen casi la mitad de lo que se paga por cada litro de combustible en las gasolineras. Sin embargo, no son los más altos de Europa como muchos piensan. Ni mucho menos… Es más, están por debajo de la media europea. 54 céntimos de promedio frente a los 47 que hay en España. Eso sí, de lo que aquí no se libra nadie es de comprarla a uno de los precios más altos de toda la Unión Europea. Solo al repostar en Holanda, Dinamarca y Finlandia hay que rascarse un poco más el bolsillo para llenarlo. Bulos e impuestos combustibles.
El caso más próximo es el de Francia. Allí, hasta 58 céntimos por cada litro de gasolina o diésel son impuestos y al final los pagan más baratos. La diferencia es notable. Lo que en las estaciones de servicio francesas cuesta a 1,37 euros en las españolas son 0,11 más y lo peor es que sigue subiendo. Compensa cruzar la frontera solo para llenar el depósito y esa es otra de las medias verdades en torno a los impuestos de los combustibles. Hasta hace un tiempo pasaba lo mismo al cambiar de Comunidad Autónoma. En unas podía ser un poco más económico que en otras y en los viajes largos a veces compensaba esperar a pasar otra. Antes sí, ahora ya no. El llamado céntimo sanitario acabó en el año 2019. Así, los impuestos son los mismos en todo el país, salvo en las islas que tienen otra tarifa.
Máximo histórico para la gasolina. A 1,57 euros por litro y llenar el depósito cuesta ya 20 euros más que hace un año. Eso sí, los impuestos se mantienen igual. Nunca había estado tan cara.
De hecho, como ha contado Jorge Morales de Labra en La Tarde de COPE, son solo dos. Parecen muchos, pero no son tantos en número como se piensa, aunque el importe sea alto. Por un lado, está el Especial de Hidrocarburos y la verdad es que es un poco raro. No se trata de un porcentaje sobre el precio total como con el IVA, sino que, es un importe fijo por litro. Bastantes céntimos, por cierto. Eso sí, tiene algunas ventajas. Cuando sube el precio se mantiene estable. No sufre ningún incremento, pero tampoco varía cuando baja. Siempre es igual y no como el del Valor Añadido. 21% sobre el total y eso incluye al impuesto anterior. Doble tributación como con la electricidad que es algo muy habitual en el sector energético. Sea como sea, tampoco es el mismo en todos los países de Europa.
Lo normal es que lo apliquen al tipo general, pero puede haber diferencias. Aún hay cosas más sorprendentes con los impuestos de los combustibles. No con todos los carburantes funcionan del mismo modo. Tiene cierta lógica que en la Transición Energética los que más contaminen paguen más, pero nunca al revés. Pues es lo que pasa con el diésel. Muchos son los que piensan que es más barato poque el refinado es más económico. De eso nada. La única razón es que su Especial de Hidrocarburos es menor. 10 céntimos de euro por litro menos y eso marca la diferencia. Tampoco se han igualado aún… Lo harán y eso sí que no es un bulo. Es la intención de futuro porque no tiene lógica ni sentido que siga estando subvencionado. Lo que no cambiará nunca es que… cada vez que suba la gasolina se siga culpando a los impuestos.