Si el impuesto a la generación eléctrica es del 7%, al suspenderlo, como máximo, el precio de la luz bajará en igual porcentaje, pero ¿cuánto se reducirá el recibo? No es lo mismo porque incluye muchos más conceptos.
El tema de conversación del momento y lo seguirá siendo. De lo que más se ha hablado en la última semana y lo que le queda. Hasta diciembre no se espera que baje el precio de la luz y eso con suerte. No puede ir de récord en récord. Tampoco dejarlo estar y mirar hacia otro lado. 94,6 euros por MWh son palabras mayores. Casi rozando el máximo histórico de 94,9 que alcanzó con Filomena el pasado 8 enero. No puede seguir así. En lo que va de mes el precio en el mercado mayorista ha subido un 21% y eso traducido a los recibos sería aún un poco más. Incremento del 40% respecto al año pasado y hay que cortarlo. Antes de que sea demasiado tarde y empieza a serlo ya. Necesita de soluciones urgentes y eficaces. El tiempo es oro, o más bien electricidad.
Y la forma más rápida de atajarlo es a través de los impuestos. No es la solución definitiva, pero es la vía más inmediata para abaratar los recibos. También investigar a través de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia no vaya a ser que las eléctricas pudieran estar incurriendo en algún tipo de irregularidad. Difícil de demostrar. Por eso se acaba de abrir de nuevo la puerta a posibles rebajas fiscales. Siempre suena el IVA, pero lo más factible es que se vuelva a suspender el impuesto de generación eléctrica. Lo pagan las eléctricas y está incluido entre sus costes de producción. Y ya se sabe que a menores costes… Pues se hizo en 2018 y la cosa no salió del todo mal. Bajaron los precios que de eso se trataba, pero ¿y a los recibos?
Con el impuesto a la generación eléctrica estaba previsto recaudar 1.300 millones de euros. Sin embargo, a los altos índices de precios actuales a final de año se superarían los 1.800.
Ahí está la clave para Jorge Morales de Labra y lo ha contado en La mañana Fin de semana de COPE. Al no ser un impuesto directo al consumidor la decisión de cómo, cuánto y cuándo está en manos de las compañías eléctricas. Es decir, es decisión exclusivamente suya la forma en la que aplicar la rebaja a los precios finales. Como máximo lo que puede hacerla es trasladarla íntegramente. Por eso hay que saber que el impuesto es del 7% de todos sus ingresos y ese es límite de la bajada. Eso sí, solo en el precio de la luz y no en el resto de elementos de la factura. El recibo se compone de muchos más elementos por lo que la rebaja final no llegaría al 3% o al 4%. Algo es algo, pero no hay que hacerse ilusiones. No será algo rápido.
No es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Tampoco de un día para otro. Es algo más complicado. El problema es que puede desajustar las cuentas del sector y eso no puede ser. Es ilegal. Se trata de un impuesto muy particular por el que se recaudan 1.300 millones de euros anuales. Al menos eso es lo que se estimaba a principio de año. A los índices de precios actuales tendría un superávit de 500 millones. De aquí a fin de año acabaría por encima de 1.800. Lo que pasa y esa es la particularidad es que el importe se devuelve al recibo de la luz y de no hacerlo en la cantidad prevista ocasionaría un agujero en la factura. No se puede y habría que subir otra partida. Aún no se ha recaudado lo suficiente y es una dificultad para suspenderlo de inmediato.
