Mientras las eléctricas aseguran que no tienen tantos beneficios porque casi toda la energía la venden con contratos a precio fijo, ya hay empresas que cierran y a la vez continúan con agresivas ofertas…
Hay algo misterioso, pero que mucho en todo esto de los contratos a precio fijo. También se esperaba algún movimiento de última hora. A pocas horas antes de que el Congreso refrendara el Decreto Ley por el que se retiraran más de 2.600 millones de euros a las eléctricas ha llegado y la verdad es que no salen las cuentas. Tiene algo de extraña la oferta: si las eléctricas no repercuten toda la subida del precio del gas a todas las tecnologías de generación no se meterá mano a sus beneficios. ¿Con esto se puede solucionar, controlar o revertir el problema? Pues, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Hora 25 de Cadena SER habrá que estar muy pendientes de la letra pequeña. Todavía queda mucho por delante. Es tan solo un movimiento más en una compleja partida de ajedrez que se lleva jugando desde hace meses.
Esto es tan solo la apertura y hay que ir viendo cuáles son los próximos movimientos y cómo acaba la partida por una razón muy sencilla. La lógica es aplastante porque si el problema son los beneficios caídos del cielo… Es decir, hay un buen número de centrales que tienen unos costes de producción muy bajos y sin embargo venden la energía muy cara. Al precio que marca el gas. Eso solo lleva a que al final lo acaben pagando los consumidores y ya haya industrias que estén cerrando porque no pueden pagar los recibos. Y de repente llegan las eléctricas y dicen… Que no han cobrado tanto porque tienen contratos a precio fijo a largo plazo por debajo del nivel actual del mercado. Si eso es así, lo lógico es que no se les retiren los beneficios. Tiene sentido, pero la situación tiene algo de fenómeno paranormal.
Inevitable que el precio de la luz siga subiendo, cuanto más lo haga menores serán los costes regulados y así al final la factura siempre será más o menos la misma que hasta ahora.
Pues sí, hay algo un poco raro en todo esto. Y más que las empresas ya estén empezando a parar su actividad o incluso cerrar cuando todavía no se les han llegado a renegociar los contratos. Aún mantienen los antiguos con tarifas a precio fijo de lo más ventajosas y baratas. Hay algo que no termina de cuadrar. También es cuanto menos extraño que las grandes eléctricas aseguren que tienen casi el 100% de su producción del año que viene vendida mediante esta fórmula estable y, sin embargo, estén lanzando ofertas muy agresivas en los medios. Eso sí, dirigidas solo a consumidores domésticos para que cambien sus tarifas por otras que son absolutamente incompatibles con los precios de mercado actuales. Están pensadas para niveles muy inferiores. Está claro, aquí faltan muchos detalles y hay una clave que es fundamental.
Con todos estos movimientos y cruces de declaraciones da la sensación que lo único que buscan es cargarse en los Tribunales el Decreto Ley. Cuántos más parches y excepciones se pongan más probabilidades hay que en algún momento se cometa un error o una incompatibilidad. Así, aumentarían las posibilidades de ganar el recurso que ya se están planteando presentar. A todo esto, solo le queda una salida para el consumidor y es el Bono Social. Países como Francia ya lo están aplicando y ya se ha anunciado que aquí se hará algo similar. Lo han cuantificado en 400 millones de euros y así se quitan un problema. Ahora solo falta por ver en qué términos se hace y quién va a pagar ese diferencial. Si sale de la hucha de los beneficios caídos del cielo o si al final, como siempre, se acaba pagando entre todos.