El cierre de uno de los gaseoductos por los que llega el gas natural a España añade preocupación a la escalada de precios de la energía, pero aun así el suministro de gas está garantizado para este invierno.
La preocupación está ahí, pero debería quedar solo en eso: en un aviso o señal de alarma. Lejos de las malas noticias que llegan desde otros países como Austria o Alemania, donde ya se está advirtiendo a la población de un posible apagón energético, en España esta posibilidad está casi descartada. No es probable que se vayan a producir cortes de suministro. El objetivo es otro y más bien tiene que ver con el coste:
Es decir, que se mantengan en niveles razonables, pero también para, sobre todo, acelerar la penetración de energías renovables porque no solo son más limpias sino también más baratas.
Y es que a los altos precios del gas natural en los mercados internacionales ahora se le suma otra complicación: el cierre de uno de los gaseoductos por los que la materia prima entra en España. Por suerte, como ha contado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, hay dos. Ambos vienen directamente desde Argelia, pero siguiendo caminos diferentes. El que se construyó primero y que lleva funcionando más de 20 años lo hace atravesando Marruecos y el Estrecho de Gibraltar hasta Tarifa. Este es el que cerrará en unos días por tensiones políticas entre los dos países. El segundo lo trae directamente cruzando el Mar de Alborán hasta Almería sin que haya ningún otro intermediario. Ahora, por tanto, la pregunta es si va a ser suficiente para traer toda la energía que se necesita y aquí es donde continúan los problemas.
¡Imposible! No hay forma de que este segundo gaseoducto pueda cubrir toda la cantidad de gas que se dejará de recibir por el primero. Solo hay que ver la capacidad máxima de cada uno para darse cuenta. La entrada por Tarifa puede alcanzar hasta 450GWh al día de capacidad. Mientras que de Almería como máximo podría llegar a los 300. Es decir, y dicho de forma coloquial, lo que sucede es que tubería que deja de funcionar es mucho más grande que la otra. Esto solo para empezar porque al analizar los datos se aprecia otra cosa importante… En invierno, entre los meses de octubre y enero, el gaseoducto que solo quedará operativo ya venía casi al 100% de su capacidad y la de Tarifa todo lo contrario. Más o menos a la mitad de su máximo rendimiento. La explicación para esto también es sencilla, pero tiene consecuencias.
A Argelia lo que le interesa es vender directamente cuanta más cantidad, mejor. De este modo, evita enviarlo por Marruecos a quien tiene que pagar un peaje. Por eso, se infrautilizaba un poco. Aún así, a través de este gaseoducto y durante los meses de invierno, casi llegaban 250 GWh al día. El problema está en esa diferencia. Todo ese volumen de gas no cabe ni de lejos en el otro, aunque tiene previsto que aumente su capacidad próximamente en al menos un 20% más. Así podría llegar a los 360 GWh en vez de los 300 actuales, pero no será nunca antes del mes de enero. Este invierno las cosas seguirán como están y, además, a partir de enero tampoco podrá cubrir toda la demanda. Para eso tendría que duplicar su capacidad y llegar a los 500 GWh.
Demasiada diferencia. Para que el gaseoducto de Almería pudiera compensar el cierre del de Tarifa casi tendría que duplicar su capacidad máxima para llegar hasta los 500GWh diarios.
Ante esta situación, por tanto, hay que buscar alternativas y el transporte marítimo también es importante. España ya está acostumbrado a traer gas licuado en buques metaneros que luego se convierte en gas natural. En torno al 50% de esta materia prima que se consume en España ya llega a través del mar, pero… ¿Cuánto habría que aumentar el número barcos para poder compensar el cierre del gaseoducto de Tarifa?