Una vez descartada la falta de suministro lo importante es el precio al que se siga pagando el gas y ese es solo el principio del impacto económico de un posible conflicto con Rusia.
Independencia a través del gaseoducto de Argelia, reservas al 70% y con apenas un mes de frío por delante… España se encuentra en posición privilegiada respecto al resto de Europa ante un posible conflicto con el gas de Rusia. Así, el principal problema que podría haber tendría más que ver con los precios y la economía que con los cortes de suministro. No es previsible que haya restricciones, pero otra cosa es el precio al que se pague la luz o el gas. Lo mismo que con los combustibles. No hay que olvidar que el origen de toda la crisis energética que se está viendo está, precisamente, en el gas y conflictos como el de Rusia no ayudan a calmar los mercados. De ahí luego se traslada a los recibos de la luz y tiene un efecto de arrastre sobre toda la economía.
Todo sube y acaba afectando también a los tomates y hasta al aceite de oliva. Más aún. No es solo cosa de la cesta de la compra, aunque el IPC esté en máximos históricos. También se siente en el transporte y, en realidad, en cualquier tipo de industria. No es ninguna exageración. Algunas ya han cerrado o parado temporalmente la actividad porque ya no les salían las cuentas. Pues bien, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Todo es mentira de Cuatro TV, todo este problema económico deriva del gas y la influencia que tiene en la factura de la luz. Sigue en niveles de máximos. A más de 90 euros por MWh cuando lo normal es que estuviera en torno a 15. Nunca a más de 20 euros. Es decir, 4 veces por encima de lo habitual. Demasiada diferencia.
7.000 millones de euros semanales de sobrecoste es el impacto económico estimado en toda Europa por la diferencia de precio actual que se está pagando por el gas respecto a hace un año.
Además, es lo que mantiene a la electricidad por encima de los 200 euros/MWh. Pues hay una cifra que refleja a la perfección la magnitud del problema: ¡7.000 millones de euros semanales! Ese es el sobrecoste que está pagando Europa cada 7 días por la enorme diferencia en el coste de la materia prima. Más de 1.000 millones de euros diarios. Solo para hacerse una idea, el presupuesto anual del Ministerio de Defensa de España es de 15.000 millones. En menos de una quincena ya se habría agotado. Por tanto, solo la posibilidad de una guerra o conflicto armado en Europa tendría consecuencias económicas más graves de las que ya se han podido ver y sentir en los últimos meses. El impacto seria aún mayor.
Sobre todo, se iban a dejar notar de forma especial en el bolsillo de los consumidores a través de las facturas energéticas. Gas, luz, combustibles, … Algo que hay que tener muy presente cada vez que se pone en marcha la caldera de la calefacción o los fuegos de la cocina. Eso sí, también, al contrario. En el caso de que la tensión se rebaje ya no quedarían argumentos para que siguiera tan alto. Caería de forma inmediata y a un ritmo mayor del que ha subido. Hay más poque el efecto en cadena iría rápidamente en sentido contrario: aumento de la actividad, bajada de precios, incremento del consumo y, por supuesto, descenso de la inflación. Por eso, aunque parezca un conflicto lejano, en realidad, afecta y mucho también aquí. No en cuanto a la garantía de suministro, pero sí en la recuperación económica.