Sube la electricidad, pero también el gas y lo que va a costar poner la calefacción empieza a preocupar con independencia del sistema de climatización, ¿cuál será el menos caro este invierno?
No hay duda de que el precio de la luz y de la energía afecta y mucho a las economías domésticas. Viene en la subida del IPC, de la cesta de la compra y de todos los productos básicos, pero, sobre todo, se nota ya mucho de forma directa en las facturas. En lo que cuesta comprar todos los ingredientes para hacer un bizcocho y también a la hora de hornearlo, poner la lavadora o pasar la aspiradora. Pues a todo esto hay que sumarle, como ha contado Jorge Morales de Labra en el programa de Ana Rosa, que en breve hay que encender la calefacción. Y ya se sabe… el mayor gasto energético del hogar se lo lleva siempre la climatización con independencia del sistema. Sube la factura y ni siquiera se han conectado radiadores, bombas de calor o calderas de gas…
Buenas noticias para los que utilicen esta última materia prima como calefacción. Seguirá siendo un sistema económico, por así decirlo. Eso sí, solo para los que tengan la tarifa oficial. La opción más económica este invierno. El plan de choque de la luz aprobado recientemente incluía una medida para el gas y es importante. Limita las subidas al 4,4%, aunque tiene su truco. Habrá que pagar luego la diferencia cuando llegue el verano. En cualquier caso, con los precios actuales y ahora mismo, la factura media para una familia tipo rondaría los 500 euros. Más o menos lo mismo que en octubre de hace dos años, incluso, un poco menos. Se mantiene en los mismos niveles cuando en realidad debería subir cerca de un 30%. 150 euros de más.
Así que pueden estar tranquilas en cuanto al precio todas aquellas personas que tengan la tarifa TUR o de Último Recurso. Otra cosa bien distinta es todos aquellos que temen que pueda haber falta de suministro por inestabilidad de ciertos países. Por eso, hay que recordar que Rusia solo es un problema para el abastecimiento en el Norte de Europa. En España el problema, en todo caso, se podría tener con Argelia o Marruecos. El riesgo siempre está ahí. pero tampoco hay que ser alarmistas. En estos momentos está garantizado el suministro de gas durante al menos los próximos meses, aunque la cosa se pueda complicar más adelante.
Lo de los braseros, radiadores o estufas eléctricas es otra historia. Los que los usen lo van a tener muy complicado este invierno. Durante el verano ya han notado un incremento de 15 euros en los recibos y aún ni los han conectado. El peor de los sistemas de calefacción y también el más caro con mucha diferencia. La que va desde los 500 euros de media del gas hasta los más de 2.200 que les subirá la factura. Eso sí, no mensual sino a lo largo de toda la temporada de frío. Casi el doble que en 2019 y eso que hace un par de años ya ascendía por encima de los 1.200 euros. 79% de incremento lo convierten en la peor alternativa para entrar en calor. Demasiado.
Otra cosa es que la electricidad se utilice para alimentar una bomba de calor. Sin duda, mucho más eficiente y la factura se reducirá significativamente. Y es que, aunque muchos no lo sepan, es la tecnología más barata junto a otras renovables como aerotermia o geotermia. Eso sí, hay que hacer una inversión inicial, pero se recupera en el primer invierno con el propio ahorro en la factura. Además, así ya se tendrá aire acondicionado para el verano. En las condiciones habituales lo seguiría siendo, pero ahora, con los altos precios de la luz, la cosa ha cambiado un poco. De los 457 euros de 2019 a casi el doble en 2021.
79% de incremento para llegar a los 817. El mismo incremento que el de estufas y radiadores, pero mucho más eficiente. Por tanto, es la solución más razonable para todas aquellas familias que no tengan gas. Ni la tarifa nocturna… puede aliviar la situación. Sobre todo, porque ya no existe. Tampoco lo de las horas de la nueva tarifa de la luz. La diferencia entre el horario valle, llano y punta empieza a ser irrelevante. Con el gas más de lo mismo, pero se notará menos. Por así decirlo está dopado y lo que no se pague hoy habrá que hacerlo el próximo verano. Concretamente, a partir del mes de abril.