Fuego y solar, Tierra y geotermia, Agua e hidroeléctrica… y, sobre todo, aire. ¿Cómo influyen los cinco elementos naturales y la energía renovables en el precio de la luz?
Fuego, tierra, agua, aire y, por supuesto, madera. Desde tiempo inmemorial se ha buscado en los cinco elementos la explicación a todos los fenómenos. Desde las etapas de la vida hasta el funcionamiento del propio cuerpo siempre basándose en la relación del hombre con la naturaleza. Por eso, son parte importante de la milenaria tradición oriental desde hace siglos. Sin ir más lejos, al elemento madera se le asocia siempre con la canalización de la energía. La equilibra y garantiza su libre transmisión por el cuerpo. También es expansión y firmeza. Sin embargo, si se habla de energía al que hay que prestarle más atención es al aire: dinamismo, adaptación, fluidez y fuerza. Pues ahora hay que añadirle un valor más. Es responsable de bajar el precio de la luz cuando pone a funcionar los aerogeneradores.
Tampoco es el único elemento natural que lo condiciona. Sol y lluvia también influyen, aunque es el que más se nota. Para comprobarlo solo hay ver su relación con la evolución del precio de la electricidad en los últimos días. Récord histórico a mediados de mes con muy poca energía eólica. Todo lo contrario que en Nochebuena y Navidad que llega de una borrasca que lo hizo soplar con fuerza batiendo todos los registros de generación de esta tecnología. Desplomó los precios literalmente hasta alcanzar el mínimo el 27 de diciembre con 96 euros por MWh. Esa es la influencia del viento… Por tanto, para el futuro, es importante además implementar otras energías renovables que abaraten los recibos, diversificarlas lo más posible para que se puedan complementar. Más centrales en más localizaciones para que puedan producir de forma menos intermitente. Más continuidad y mejores precios.
Si las centrales eólicas y solares suelen entrar en la subasta a 25 euros por MWh, con el llamado coste de oportunidad, las hidroeléctricas lo hacen siempre al precio que marca el gas.
Pero, sin duda, de los cuatro elementos, precisamente, el que menos influencia tiene sobre el precio de la luz es el agua. Muy importante, como ha explicado Jorge Morales de Labra en La hora de La1, ya que por sí solo podría hundirlo. Sin embargo, no lo hace en todas las ocasiones. El problema es que para que ocurra debe haber previamente suficiente agua embalsada. Ahora mismo los embalses hidroeléctricos están al 37% de su capacidad total. Lo normal es que en esta época del año estén algo más llenos. En torno a la mitad del máximo. Es decir, se encuentran por debajo de los niveles habituales. Todo porque lo que ha pasado es que se han vaciado este verano y aún no se han recuperado. Salió en todos los informativos de radio y televisión. Pues bien, ante esta situación se produce un curioso fenómeno…
Da igual lo mucho que llueva porque son las eléctricas las que deciden si liberan el agua o si la almacenan para producir electricidad para más adelante. Otra cosa bien distinta sería si los embalses estuvieran llenos o al menos al 80% de su capacidad. Entonces estarían obligadas a sacar el agua a cualquier precio. Sea el que sea y entonces si que se hundiría el precio de la luz. Ya ha pasado en alguna ocasión. Sobre todo, durante los meses de febrero. Energía casi gratis. Por eso, hay que estar pendientes a lo que pase con los elementos naturales y la meteorología. Igual que hoy se habla de precios altos dentro de 30 o 45 días se podría hablar de otros muy, pero que muy bajos. No solo depende de la naturaleza. También entran en juego otros factores como Putin, Biden, las propias compañías eléctricas, los buques metaneros, …