Cascadas y las cortinas, inteligentes controladas por el móvil, las RGB con cambio de color, las de proyección y holográficas, con formas y diseños personalizados… pero, si lo que se quiere es tener muchas luces de Navidad tienen que ser todas LED.

Tan típicas como los roscones, los árboles con bolas o los espumillones. Algo tienen las luces de Navidad que fascinan a los mayores y a los más pequeños. Hipnóticas hasta el punto de que en ocasiones es casi imposible dejar de mirarlas. No hay mayor espectáculo en estas fechas que ver el alumbrado del Rockefeller Center con pista de hielo incluida. Mucho han cambiado las cosas desde que en el s.XVII se empezaran a decorar los abetos con velas y lámparas de aceite. También menos peligroso. Importa la forma, el color y, por supuesto, el número. No es que haga falta llegar a batir el récord del mundo que, por cierto, lo tienen en Riga con más de 50.000 bombillas ni de tratar de hacerle la competencia a las calles de Dyker Heights. Allí, en Brooklyn, hay que reconocerlo, se pasan porque, además, las tendencias ya son otras…

Lo que se llevan son las luces inteligentes que se pueden controlar por el móvil personalizando, precisamente, luz, color y movimiento. Iluminación de última generación, pero si es posible sostenible porque también gustan mucho las solares. Al igual que las cascadas y las cortinas, las RGB con cambio de color, las de proyección y holográficas, formas y diseños personalizados, pero hay quien prefiere la minimalista. Aquello de que menos es más y no al revés, aunque solo sea por el temor al recibo de la luz. Y es que engalanar las calles y casas con cantidad de luces siempre ha ido asociado a un gasto de energía importante. Por otro lado, es verdad que producen un cierto retorno económico para los comercios que las ponen, pero en los domicilios no. Sea como sea, todas tienen un par de cosas en común.
🔴🎄 @jorpow , director de @proximaenergia «Si son luces LED el problema no es tan grave. Yo recomiendo apagar las luces por la noche por un tema de seguridad. Las tarifas variables están siendo más baratas».#EnJakeETB
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Cada vez se encienden antes y se apagan después. No falla nunca salvo en las casas en las que, menos en contadas ocasiones, se ponen solo algunas luces de Navidad en el árbol y poco más.
Eso, y que ya casi todo el mundo, busca que sean LED de bajo consumo para que no supongan un gasto extra en la factura. Lo mismo se puede comprobar al dar un paseo por las calles. La iluminación de edificios está muy bien, pero luego en los escaparates no se ven tantas. ¡Está claro! Cada uno tiene su estilo y eso está bien. El debate está en si consume mucho o poco cuando, en realidad, es un gasto insignificante para los comercios y más si se compara con el del aire acondicionado en verano. Aun así hay quien busca soluciones más sostenibles. Lo que sea para llamar la atención e invitar a mirar los escaparates. El reclamo perfecto en esta época del año. Lo que más gusta y llama la atención. Indispensables, sin ellas la Navidad no brillaría igual.

Do it yourself y consumo de proximidad también importa mucho en la decoración. Eso sí, quizá sea una de las épocas del año en la que menos se mira la factura de la luz ni el bolsillo. Por eso, reciclar de un año para otro está a la orden del día, pero si se trata de lámparas de las antiguas mejor ir pensando en cambiarlas ya mismo. Consumen hasta 7 veces más que las LED y eso al final puede ser mucho dinero. Además, diciembre es un mes de muchas compras para los comercios y en el que los clientes elevan el gasto. Por eso, sus recibos pueden crecer. Sobre todo, en hostelería y alimentación. Más ventas son asimismo más gasto energético de cocinas u hornos, pero compensan porque al final es un periodo de tiempo muy corto. Apenas 15 días por lo que, aunque suba un poco, compensa mucho.