Recorte de beneficios extraordinarios, rebaja fiscal y protección a vulnerables son los tres pilares del plan de choque de la luz con el que se pretende reducir los recibos al menos el 22%.
Abaratar los recibos para que no sean superiores a los de 2018. Difícil, pero no imposible. Ni tan caro como apunta el de este año ni tampoco tan barato como el de 2019. Algo intermedio y eso son aproximadamente 600 al año en electricidad. Pues ha habido que esperar a que el precio del MWh supere los 172 euros para ponerse manos a la obra. Eso sí, el plan de choque que se pondrá en marca para conseguirlo tiene de todo: recortes, rebajas fiscales y mayor protección a colectivos vulnerables. Tres pilares o grandes ejes de actuación que, además, como ha señalado Jorge Morales en el Telediario de TVE, afectan a los tres componentes que forman la factura y no solo a una como las anteriores. Sí, una nueva reducción de impuestos, pero también ajustes en la parte del mercado y en la de los costes regulados.
Así, por un lado, se retirará a las eléctricas los beneficios extraordinarios que han tenido por el elevado precio del gas. Sencillo, efectivo y también justo. Con esta medida se ahorrarán más de 2.600 millones de euros que se destinarán directamente a rebajar los recibos. Por otra parte, lo que ya estaba en marcha. Es decir, reducirles parte de los ingresos que han obtenido por los derechos de emisión del CO2 y eso son otros 900 millones de euros adicionales. Además, el plan de choque también modifica los impuestos. En líneas generales se baja el Especial de Electricidad hasta casi hacerlo desparecer. Del 5,1% hasta el 0,5%. También se prorroga la suspensión del de generación hasta fin de año. Con todas las medidas se calcula que la factura de la luz se podría reducir al menos un 22% y de forma casi inmediata.
La reducción de los beneficios extraordinarios de las tecnologías que se han aprovechado del alto precio del gas ahorrará más de 2.600 millones de euros. 900 más si se le suman los derechos de emisión de CO2.
La mayor revolución en el sector eléctrico de los últimos 20 años. Aun así, es importante tener en cuenta que no hay recetas mágicas o fórmulas magistrales para contener el precio de la luz. Por eso, las medidas han sido desarrolladas pensando en la eficiencia y de acuerdo con el marco legal comunitario para garantizar así la seguridad jurídica. Además, son asumibles para las cuentas del Estado y que no crearán déficit público. Así, para el director de Próxima Energía, el plan de choque da con el quiz de la cuestión. Y es que hay tecnologías de generación eléctrica que se están beneficiando sistemáticamente de los altos precios del mercado mayorista cuando lo verdaderamente importante es que no han visto incrementados sus costes de producción. Paso importante, después de semanas en máximos, y del que no hay precedentes.
Todo con el objetivo de que a final de año la factura de la luz sea similar a la de 2018 y no son malas cifras viendo los precios actuales. Hace tres años el recibo medio rondó los 50 euros mensuales y eso son casi 600 al año. Por eso, además se vuelve a actuar por la vía fiscal. Esta vez rebajando hasta el mínimo el impuesto Especial de electricidad que pueden llegar a suponer alrededor de 4 euros de rebaja en los recibos finales de los consumidores. Por último, ante el invierno que ya llega se limita el incremento de la tarifa regulada del gas natural. Solo podrá subir de media el 4,4% hasta fin de año e idéntico porcentaje durante el primer trimestre de 2022. Más alivio para las familias porque la previsión es de incrementos de entre el 20% y el 40%.