Si todos los caminos llevaban a Roma, en lo que se refiere al gas la mayor parte de los gaseoductos llegan de Rusia. Gran dependencia, pero ¿cómo llega la materia prima hasta Europa?
Pocas veces antes se había estado tan pendiente de una tubería. Si se habla del conflicto entre Ucrania y Rusia es inevitable no hacerlo también de gas. El 40% de todo el que se consume en Europa llega desde este país y las tensiones entre los países por los que pasan los gaseoductos influyen en el precio. El gas se utiliza como arma de presión política e influye en los mercados. De todos los que hay el que más suena últimamente es el Nord Stream 2. Fundamental para abastecer al Viejo Continente tendrá el doble de capacidad que todos los anteriores. Aunque parezca un conflicto lejano, porque la mayor parte del gas de España llega de Argelia, aquí se sienten también las consecuencias. Sobre todo, en las facturas. Y es que este gaseoducto, en realidad, es el gran eje del problema diplomático que hay desde el mes de octubre.
Mientras que en España el gas que llega de Rusia apenas supone el 10% del total, el resto de Europa tiene una mayor dependencia. De media más del 40% lo reciben desde este país.
Con más de 1.200 kilómetros de recorrido es el gaseoducto más largo del mundo. Más incluso que la distancia que separa Cádiz de San Sebastián y puede traer a Europa al año hasta 55.000 millones de m3 de gas. Casi el 15% del total necesario en Europa. Las cifras son astronómicas… Solo para hacerse una idea ese volumen es superior al que se consume en España en todo un año con 40.000 millones. Probablemente, una de las obras de ingeniería no solo de mayor tamaño del planeta sino también de las más importantes. No es un gaseoducto cualquiera. Sin duda, una de sus principales características es que va directamente desde Rusia a Alemania bajo el Mar Báltico sin atravesar ningún otro país. Mayor independencia de terceros y posibles conflictos. Hay otros que tampoco lo hacen, pero esa es la clave de su importancia.
¿Hasta ahora cómo llegaba el gas de Rusia a Europa? Por supuesto, como ha comentado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco, también por gaseoducto. Antes de los años 90, en tiempos de la URSS, había fundamentalmente dos que atravesaban Ucrania. Era otra época, aunque hoy todavía se mantienen en funcionamiento, la tensión entre ambos países ha ido en aumento. Crece al mismo ritmo que el aumento de la demanda de gas. Tanta que incluso algunos años se ha llegado a cortar el suministro de gas en pleno invierno a Ucrania. El motivo es que este último cobra un peaje por pasar por su territorio para llegar hasta el centro de Europa. Por eso, Rusia en las últimas décadas ha ido buscando alternativas y construyendo nuevos gaseoductos. No uno ni dos sino hasta 4. Más diversificación.
El primero de todos, conocido como Yamal-Europa, cruza Bielorrusia. Por cierto, con los que se lleva mucho mejor. Hasta el punto de ser aliados, pero tampoco es que esté exento de tensiones. Además, atraviesa Polonia y en la frontera entre ambos países está habiendo grandes problemas migratorios. Por tanto, una zona también complicada últimamente. Hay más… También está el llamado North Transgas que transcurre paralelo al Nord Stream 2 por el Báltico. Sin embargo, no tiene la capacidad como para suplir a los anteriores. Además, por último, se construyeron dos más por Turquía. Es decir, que la política de Rusia en las últimas tres décadas ha sido tratar de no depender de Ucrania para llevar el gas a Europa. Entonces… Por eso, quieren ponerlo a funcionar ya mismo. Sí, cuanto antes mejor y sin esperar ni un minuto más.
7.000 millones de euros semanales de sobrecoste es el impacto económico estimado en toda Europa por la diferencia de precio actual que se está pagando por el gas respecto a hace un año.
De hecho, ya lo tienen lleno de gas hasta los topes. Para que solo haya que pulsar el botón de encendido y ¡listo! Y eso que no es nada fácil llenar un gaseoducto de semejantes dimensiones. Sin embargo, así lo tienen ya todo preparado para cerrar el grifo a través de Ucrania que, por su parte, está intentando lo contrario. Es decir, que nunca se llegue a poner en marcha o que al menos se tarde lo más posible. Más presión al conflicto y también al precio de la materia prima. Sigue siendo 5 veces superior al habitual. De momento, está parado en un tribunal alemán. El motivo es que está operado por una empresa pública: Gazprom. Por eso, Rusia acaba de crear una filial bajo derecho europeo. Así, vuelve a dejar en manos de Alemania, la principal interesada, la autorización de la entrada en funcionamiento.
