No ha hecho falta ni esperar a los primeros recibos tras el cambio para ver la marcha de la adaptación a los nuevos horarios de la luz. Cuatro días son aún pocos, pero ya hay datos más que interesantes…
21 días. Ese es el tiempo que la mayoría de las personas creen que es necesario para convertir una acción o comportamiento en un hábito. Mito de lo más extendido, pero tiene un error en la interpretación. Dietas, libros para dejar de fumar y hasta sesiones de coaching que prometen cambiarlo todo en exactamente eso… Tres semanas, ni una más ni una menos. ¡Hasta programas de televisión se han basado en esta teoría! Sin embargo, tiene un error. Una mala interpretación del trabajo del Dr. Maxwell Maltz, que no era ni psiquiatra ni psicólogo. Lo que notó este cirujano plástico es que es como mínimo lo que necesitaban sus pacientes para habituarse a su nueva imagen tras una operación. Ahí está la clave. En el al menos, porque es algo que depende de la persona, las circunstancias y del propio comportamiento.
En los primeros cuatro días tras la implantación de la nueva tarifa de la luz, justo a las 12 de la noche se ha incrementado la demanda eléctrica el equivalente a medio millón de lavadoras funcionando a la vez.
Sea como sea, requiere tiempo. Pues no han pasado ni cinco días desde la implantación de la nueva tarifa de la luz y ya se notan algunos cambios. Todavía, como ha explicado Jorge Morales de Labra en Las cosas claras de TVE es pronto como para sacar conclusiones, pero ya a las 12 en punto de la noche hay un súbito aumento de la demanda eléctrica. Si, justo cuando finaliza el periodo llano para dar paso a las horas baratas. De momento van solo cuatro noches, pero es que el consumo aumenta cuando debería empezar a caer. Incremento espectacular. De tanta energía como para hacer funcionar 500.000 lavadoras y lavavajillas de forma simultánea. Ya sea por miedo o novedad todos los chistes que han circulado por redes sociales están funcionando.
Lástima que no vaya a traer tanto ahorro a los recibos como se había calculado. Con los precios de la luz en máximos históricos su impacto va a ser más reducido. Ahora, de poner una lavadora el viernes por la mañana en plena hora punta a hacerlo el sábado, la diferencia va a ser de apenas 10 céntimos. No es que sea poca cosa, pero muchas lavadoras habría que cambiar para poder compensar lo que espera a final de mes en los recibos. 20 euros de más por los altos precios y las subidas del mercado. Más barato, pero no tanto como se esperaba. Tendría que ser como tres veces más y se ha quedado en el doble. El cálculo es sencillo. Si se pueden desplazar 6 lavados a sábados y domingos cada 7 días… A final de mes el ahorro se quedará en apenas 4 euros.
La rápida adaptación de los nuevos horarios de la luz no va a traer tanto ahorro como se esperaba por los altos precios del mercado. Al final el impacto será de menos de 4 euros en los recibos.
Cinco veces menos de lo que se espera que suba el recibo con los altos precios de la luz. Eso con suerte porque lo normal es que la factura media supere los 90 euros. Lo nunca visto hasta ahora. En total, menos del 5% de ahorro a pesar del esfuerzo de muchos por adaptarse rápidamente a los nuevos horarios como se ha demostrado en los primeros días. Además, hay que tener en cuenta, que incluso antes del cambio de tarifa ya la mayor parte del consumo se hacía a las horas económicas. Exactamente el 50%. Ya había mucho fin de semana y no era aún mayor porque la nevera está siempre encendida. Antes de empezar ya estaba la mitad del camino hecho. Por el contrario, en el caro solo se concentraba el 25%. Todo suma y es bueno adaptarse. Lo difícil será compensar así los desorbitados precios actuales.