En la lucha contra el cambio climático hay datos contradictorios. Mientras que ya se ha recuperado por completo el consumo de petróleo previo a la pandemia, la energía fotovoltaica vive un boom nunca visto antes.
La intención ya no es lo que cuenta… Al final ya se sabe que las palabras se las acaba llevando el viento y que ni si quiera sirven o se aprovechan para generar energía renovable. Eólica, en este caso. Más hechos, porque en la Cumbre del Clima se pueden escuchar propuestas de todo tipo que al final suelen quedar en nada. Desde la prohibición de los coches de combustión hasta la creación de empresas públicas de energía como la que pretende la Generalitat de Catalunya. Da igual de donde venga la iniciativa, los acuerdos luego son muy difíciles de conseguir, También hay otras más curiosas como que los estudiantes de Filipinas planten 10 árboles como requisito para graduarse en la Universidad. Pues, si la lucha contra el cambio climático tuviera exámenes… la calificación final tiene un dato demoledor.
2035, 2034, 2033, … la cuenta atrás para decirle adiós a la gasolina y al coche de combustión comenzó hace tiempo, aunque en realidad no la marca un reloj… Llegará antes de lo imaginado.
Hoy se ha alcanzado el mismo consumo de petróleo que antes de la pandemia. Tal y como ha recordado Jorge Morales de Labra en El cascabel de Trece TV, ya se ha recuperado por completo y no son para nada buenas noticias. Todo eso de ser muy verdes y tal está muy bien, pero al final cuando se ponen los datos sobre la mesa desaparecen las buenas intenciones. Ya se consume los mismo que hace apenas un par de años. Mucho tiene que cambiar el mundo, pero con hechos más que con palabras. Más que en las administraciones y en todas estas propuestas, en realidad, en quien hay que confiar es en la gente y ahí hay otro dato interesante. El mundo de los paneles solares está desbordado. Todo el mundo quiere ponerlos ahora, ya sea por el alto precio de la luz o por sostenibilidad…
Es más, la gente quiere seguir avanzando. Ahora están pidiendo además de los paneles, baterías. Ya no basta con consumir energía propia generada directamente en los tejados… Ahora además quieren disfrutarla de noche cuando ya no están en funcionamiento. Mayor independencia de la red eléctrica convencional. No es para menos… No hay quien se fie ya nada de todo lo que está pasando. De todo se cansa uno y, sobre todo, de los recibos que no solo no paran de crecer y a los que, por cierto, no se les ve un techo próximo. Lo que quieren es hacer lo de Juan Palomo. Ya se sabe…, yo me lo guiso y yo me lo como, pero desde el principio hasta el final. Generar energía en los propios paneles y si no se usa guardarla para usarla por la noche tranquilamente y si no… ¡mañana!
Ahí está en parte la esperanza para luchar contra los efectos del cambio climático. El crecimiento de todo esto está aumentando al mismo ritmo que el precio de la luz. Energía siempre verde y sin intervención pública ni nada… Tal es la demanda que ha hecho aumentar un poco el precio de los paneles, de la instalación y eso sin contar también con el desabastecimiento y la falta de suministros. Es algo que ya está pasando… Antes desde que se pedían hasta que llegan no tardaban ni una semana. Sin embargo, ahora hay que comprarlos con un par de meses de antelación. Es decir, hay paneles de sobra… pero es verdad que ahora cuesta un poco más conseguirlos que hace un año o apenas algunos meses. También es cierto que los precios están empezando a subir por primera vez en los últimos 10 años.
Con la radiación solar que incide sobre la superficie de la provincia de Cuenca durante todo el año sería más que suficiente para abastecer de electricidad barata y sostenible a todo el mundo.
Aun así, las cuentas siguen saliendo. Ya no es solo cosa de responsabilidad y cambio climático. También es mucho más rentable de lo que se puede pensar. La inversión media que hay que hacer para tener una instalación fotovoltaica en casa es de 8.000 euros y se puede recuperar por completo entre 5 y 10 años después. Solo con los ahorros en las facturas. Menos aún con los actuales precios de la electricidad… y a partir de ahí se puede ser autosuficiente al 60% o 70%. Luego hay que sumar las baterías que encarecen, pero hay subvenciones. Esto es novedad. De más de la mitad de su coste y hay que aprovecharlas mientras duren. Es verdad que normalmente encarecen, pero ahora mismo con las ayudas resulta rentable para almacenar ese excedente en lugar de inyectarlo a la red que se suele pagar mucho menos. Más hechos, menos palabras.
