Época de grandes cambios en lo que se refiere al recibo de la luz. Con motivo de la crisis energética originada por la invasión de Ucrania se pusieron todo tipo de medidas y ayudas para tratar de minimizar sus consecuencias económicas. Unas se han ido retirando poco a poco en cuanto los precios de la energía han ido bajando. Otras en cambio se mantienen con algunos condicionantes. Por ejemplo, el IVA de la luz se mantiene reducido siempre que el precio esté por debajo de los 45 euros/MWh, pero los descuentos del bono social para los colectivos más vulnerables están aún en el aire. Un montón de familias que podrían verse afectadas.
El bono social es una reducción muy importante en el recibo de la luz para tres colectivos en concreto: familias con las rentas más bajas, jubilados con pensiones mínimas y, por último, familias numerosas con independencia de la renta que perciban.
Los descuentos del bono social eléctrico
Además, para percibirlo es obligatorio tener contratada la tarifa oficial o PVPC. En cualquier caso, lo importante es que el bono social históricamente ha supuesto un descuento del 25% para los denominados consumidores vulnerables. Es decir, el primer rango de protección, pero podía llegar al 40% en el caso de los vulnerables severos. Esto era lo normal. Sin embargo, durante la crisis energética estos porcentajes de ahorro se elevaron sustancialmente. Aumentaron nada más y nada menos que 40 puntos porcentuales. Por eso, ahora mismo son del 65% y del 80% respectivamente. Más de la mitad del recibo en ambos casos, pero todo puede cambiar en los próximos días. Por eso, vuelve el debate sobre si las ayudas deben ser indefinidas. Todo el mundo lo entiende. Sin duda, en muchos casos estas ayudas deben ser indefinidas para todas aquellas personas que no puedan pagar la factura.
Las condiciones para que el bono social pueda ser indefinido
Eso sí, siempre teniendo en cuenta dos cosas. La primera es que el consumo esté limitado a un determinado volumen de energía que se considere imprescindible para el día a día. Sin embargo, en lo que ya no están de acuerdo la mayoría de las personas es que esa ayuda la acabemos pagando entre todos en las facturas. Sí, a escote cuando lo más lógico, al igual que otras muchas ayudas sociales que existen, es que salgan de los Presupuestos Generales del Estado. Lo peor de todo es que la cantidad que se destina en las facturas es la misma para todos los consumidores. No importa si se trata de una empresa o de un consumidor doméstico. Todos pagan un euro.
La polémica del bono social y las familias numerosas
Evidentemente para las grandes empresas esa cantidad es insignificante. No es relevante para nada. Casi ni se enteran, pero todo lo contrario pasa con las familias. Especialmente para aquellas que tienen dificultades para pagar los recibos y, por cuestiones legislativas, no entran dentro de los baremos oficiales para recibirlo. No se entiende que tengan que pagar la subvención al resto. Hay un caso muy significativo que pone de manifiesto esta sinrazón y desigualdad, el de las familias numerosas. No son pocos los hogares con tres hijos o más en los que con ingresos superiores a los 100.000 euros se percibe el bono social. El problema es que este colectivo es al único al que no se les mide por su nivel y renta. Se benefician por el simple y mero hecho de serlo. Este es uno de los casos en los que quizá debería revisarse y no ser indefinido.