Misma legislación, idéntico nivel de precios altos de la luz y, sin embargo, en Portugal apenas influyen en la factura porque en el post mercado mayorista cuentan con un sistema de ajuste a las renovables.
Lo que empieza a recordar lo del precio de la luz a los chistes esos de tengo una noticia buena y una mala. No hace falta poner ningún ejemplo porque en realidad tampoco tienen mucha gracia. Decir que mañana baja el precio de la luz, pero que con 118 euros por MWh seguirá siendo el segundo más caro de la historia… suena un poco a eso. Y más si se menciona que la media de la última década ha sido de 45. Algo subirá con todo esto, pero es que es casi el triple. Está la cosa para poca broma, pero es que la mayoría de la gente no sabe que el techo máximo legal es de 3.000 euros. Por cierto, que también recuerda a lo de las cláusulas suelo de las hipotecas y ya se sabe cómo acabó eso. Pues el caso es que se ha cambiado recientemente.
Hasta este mismo mes de junio era muy inferior. Como máximo el precio de la luz podía llegar a los 180 euros que no es poco. Así que, a los 120 que está hoy el MWh de media, poco le faltaría para alcanzarlo y más con la tendencia que lleva. Por lo tanto, desde un punto de vista teórico la cosa se puede complicar aún bastante y puede llegar a ser superior al actual. Los mercados en estos momentos no anticipan precios tan altos, pero sí mayores aún al menos hasta diciembre. Y claro, de tanto como se está estirando la goma al final va a acabar rompiéndose. No tardará. Para evitarlo se estudian soluciones y entre ellas parece que hay una que podría dar en el clavo: retribuir a algunas tecnologías de generación de una forma un poco diferente.
Tiene sentido que las fuentes de energía en las que no hay competencia como nucleares e hidroeléctricas perciban un precio fijo por la electricidad. Eso sucede en Portugal con las renovables y devuelven parte del sobreprecio al sistema.
Fundamentalmente a nucleares e hidroeléctricas porque no tienen competencia, aunque tiene su dificultad. El principal argumento en contra es que Bruselas no lo permite. Ambas posturas llevan razón. Por un lado, como ha explicado Jorge Morales de Labra en 120 minutos de Telemadrid, la Comisión Europea impide poner límites a las ofertas que hacen las eléctricas en la subasta. El mencionado cambio en la normativa del pasado mes de julio no ha sido caprichoso. Busca dar uniformidad a esto en toda la Unión Europea. Que sea igual para todos los países, pero además añade una novedad en España. También permite que pueda haber precios negativos. Es decir, que las eléctricas paguen por producir energía. Lo nunca visto antes y eso abre otros caminos.
Por tanto, es verdadero que la legislación europea restringe la capacidad de modificar, pero no es menos cierto que donde sí que hay margen de maniobra es en el llamado post mercado. No se podrá evitar que el MWh llegue a los 120 o 150 euros. Eso es difícil, pero lo que sí que se puede conseguir es que se aplique a todas las tecnologías que han participado en la subasta. El caso más significativo es de Portugal. Mismo nivel de precio en el mercado mayorista y reglas de juego casi iguales. Sin embargo, allí el crecimiento de la factura de la luz en los últimos meses ha sido casi irrelevante. Menor del 5% y todo porque tienen un sistema de ajuste para las renovables que ya suponen una parte importante de la producción del país. Fácil y efectivo.
Tan sencillo como que las renovables cobran siempre un precio fijo. Así, cuando el de mercado está muy alto, como es el caso, devuelven dinero al sistema. También, al contrario. Si es inferior cobran una prima o compensación del Estado. Pues bien, lo que está ocurriendo ahora mismo en Portugal es que tienen saldo negativo. Están reintegrando parte de su retribución por el alto precio y eso contribuye a contener la factura final de los consumidores. No ha llegado a subir ni el 5% y eso está sucediendo aquí al lado. No hace falta ir a ningún país exótico para encontrarlo. Igual legislación y mismo mecanismo de subasta. Por tanto, hay margen para llevar la propuesta. Eso sí, lo que no se puede cambiar es el sistema marginalista. Todo se debe realizar en el post mercado.
