Falta de apoyo público, altas garantías de precio, … pero el verdadero motivo por el que el debate nuclear es irrelevante en España es que no hay nadie dispuesto a hacer la milmillonaria inversión que supone.

El año comienza que echa chispas en el sector eléctrico y no solo por el alto precio de la luz. La polémica está servida… La Comisión Europea ha propuesto considerar al gas y a las nucleares como energías verdes y la verdad es que suena un poco raro. Tanto que, por supuesto, no todos los países están de acuerdo. En España la postura es clara y, como no podía ser de otra forma, se mantiene la apuesta por las renovables.
“Rechazamos que tanto la energía nuclear como la procedente del gas esté catalogada y etiquetada dentro de lo que se consideran energías verdes. Las razones son conocidas por todos. Desde el origen que tienen hasta la dificultad en el manejo de los residuos que posteriormente generan” María Jesús Montero, ministra de Hacienda del Gobierno de España.
Posiciones encontradas porque desde el propio sector se asegura que no es para tanto. Todos los residuos nucleares generados en España a lo largo de la historia cabrían en un cubo de 13 metros por cada lado. Tiene su trampa porque esas dimensiones son casi las de un edificio de cuatro plantas igual de alto que de ancho y profundo. No se trata de uno como el de Rubik que se guarde en un bolsillo. Sea como sea, el debate es interesante y tiene grandes implicaciones, pero la verdad es que, como ha explicado Jorge Morales de Labra en El programa de Ana Rosa de Telecinco es irrelevante e intranscendente en España. Da igual lo que diga el Gobierno o los argumentos que utilice el propio operador nuclear. La razón es muy sencilla…

La realidad es que en estos momentos no hay ninguna empresa en España dispuesta a invertir en ninguna de estas dos tecnologías. Ni en gas ni, por supuesto, tampoco en nucleares. En estas últimas porque necesitan de un enorme apoyo público y, sobre todo, una inversión casi estratosférica. De más de 15.000 millones de euros y eso si las cosas no se complican. Por eso, exigen garantías de precio a largo plazo para construirlas. Que no haya oscilaciones en lo que se paga por la energía que producen. El problema es que ese precio ahora mismo es cuatro veces superior al de otras fuentes como la solar. Por cierto, sostenible y renovable, pero de verdad. No salen las cuentas de ninguna forma. Y esa es la principal razón por la que el debate nuclear en la actualidad no tiene ningún sentido.

El tema del gas es un poco diferente. Las centrales que usan esta materia prima energética para producir electricidad en España están completamente infrautilizadas. En el mejor de los casos y en el año que más se utilizan, como por ejemplo el 2021 que acaba de terminar, solo se utilizan al 25% de su capacidad máxima. Podrían producir cuatro veces más de energía eléctrica o, visto de otra forma, desperdician tres cuartas partes de su potencial. Es decir, que, en este momento, sobran algunas y lo que no hace falta es construir ninguna más. Todo lo contrario. porque, en realidad, todo lo de considerarlas verdes va de eso: de favorecer la inversión en cierto tipo de tecnologías durante la llamada Transición Energética, pero ¿deben ser estas u otras?