La mayor crisis energética en 40 años y son varios los factores que la explican. Falta de previsión en la transición y tensiones internacionales son dos de los que más influyen en la subida de la gasolina.
Combinación explosiva la de los altos precios del petróleo y del gas. También la de la electricidad que se ha visto arrastrada. No hay fuente de energía que no haya subido. Todas lo han hecho en mayor o menor medida en los últimos meses y tendencia es a que lo sigan haciendo. Solo hay que ir a la gasolinera para comprobarlo o esperar al próximo recibo de la luz para comprobarlo. Da igual los descuentos que se hagan o los impuestos que se quiten que siempre es mayor que el anterior. Lo del te quiero más que ayer, pero con uno de los bienes y servicios más básicos. Los que afectan a todos por igual. Además, las expectativas no son buenas y es que, por ejemplo, se prevé que el barril llegue a los 120 dólares. Y, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Hay varios factores que lo explican.
En primer lugar, porque ahora todo el mercado de materias primas energéticas está revuelto. Ya lo venía estando desde mediados del año pasado y ahora con la guerra en Ucrania se ha agravado. Todo porque Rusia es el mayor exportador de gas del mundo y, aunque sea algo menos conocido, el tercero si se habla de petróleo. Por este motivo, si lo que se va a hacer ahora es imponerle sanciones económicas hay que tener cuidado. Así, cualquier acción que impida o dificulte que pueda vender energía con normalidad puede tener importantes consecuencias. Sobre todo, para países energéticamente dependientes del exterior como España. Casi, casi, sería como pegarse un tiro en el pie. Al menos, eso es lo que se suele decir. En la medida en la que las tensiones entre ambos países se disipen… se estabilizarán los precios de los combustibles y se contendrá la subida.
Volatilidad es el término que mide la variabilidad de las fluctuaciones de precios, rentabilidad, tipos de interés y, en general, de cualquier activo financiero o producto en el mercado.
Eso, por un lado, porque por el otro hay algunos factores más que están influyendo en el medio plazo. De entre todos hay uno que destaca sobre los demás: el modo en el que se está realizando la Transición Energética. No hay duda… casi todo el mundo es favorable a que se reduzcan las emisiones de CO2 y avanzar hay un modelo 100% renovable. De hecho, ya se ha avanzado mucho hacia la sostenibilidad, pero la dificultad está en el camino. A veces da la sensación de estar un poco mal pensado y, sobre todo, planificado. No hay que olvidar que durante unos cuantos años se va a seguir necesitando gas y petróleo. La gente va a seguir yendo a la gasolinera y encenderá la calefacción durante unas décadas más. Por eso, para que los precios no sean más y más caros hasta ese momento hay que seguir invirtiendo.
De lo contrario serán tan altos que nadie los podrá pagar y aún no habrá otra alternativa disponible. Y ahí es, como ha contado Jorge Morales de Labra en La Tarde COPE, donde la Comisión Europea está fallando y de forma clamorosa. No ha sabido definir de forma adecuada los pasos a seguir en durante la Transición. Lo mismo sucede con el gas. No hay quien pueda pararlo y encima con mucha mayor volatilidad que el petróleo. Diferencias de precio dentro de un mismo día que no se habían visto nunca antes. Hasta hace poco ver variaciones mayores del 1% ya era mucho. Hasta creaban cierta alarma y ahora se pueden ver fácilmente de más 10% en una única jornada. Situación verdaderamente excepcional la de los los últimos meses con la energía.