Algo raro está pasando cuando los beneficios de las eléctricas en España son los mayores de Europa y triplican a los de las alemanas, mientras que con el petróleo todas ganan lo mismo.
“Hablamos de beneficios groseros cuando solo cuatro grandes empresas concentran la mayor parte de los beneficios de todo el sector mientras que en nuestro país hay multitud de familias que no pueden afrontar o tienen dificultades para pagar el recibo de la luz”. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social.
Pero no solo es eso, aún hay más. Según cifras de Eurostat los beneficios sobre ventas de las compañías eléctricas españolas se sitúan en el 18,5% mientras que la media de toda la Unión Europea no llega al 10,5%. Además, y de forma más concreta, en países como Alemania es del 5.6%. Los datos no engañan, son bastante ilustrativos y no dejan lugar a dudas. También hay que asumir parte de responsabilidad. Curioso, porque como ha señalado Jorge Morales de Labra en Julia en la Onda de Onda Cero, las petroleras tienen aquí, más o menos, el mismo margen de beneficio que en Francia, Holanda o que, precisamente, en Alemania. Algo raro está pasando o más bien se está dejando que pase…
Por eso, la medida estrella, de entre todas las que se han aprobado con el Plan de Choque para abaratar el recibo de la luz, es la que les retira parte de las ganancias. 2.600 millones de euros directamente fuera de sus cuentas de resultados. En realidad, todos los ingresos extraordinarios que no tengan nada que ver con la subida del precio del gas. Las consecuencias no se han hecho esperar y traerán cola en los tribunales. Guerra sin cuartel por parte de las compañías eléctricas afectadas con un ejército de abogados, pero es algo que se venía reclamando desde hace años. ¿Tienen motivos para quejarse? La verdad es que la situación empezaba a ser insostenible al menos para los bolsillos de los consumidores.
La reducción de los beneficios extraordinarios de las tecnologías que se han aprovechado del alto precio del gas ahorrará más de 2.600 millones de euros. 900 más si se le suman los derechos de emisión de CO2.
Sin duda, el origen de la crisis energética que tiene en jaque la recuperación económica mundial, no tiene nada que ver con España. Tampoco con las grandes compañías eléctricas del país. De hecho, su influencia y repercusión en los mercados internacionales del gas es mínima. Más bien, el problema tiene más que ver con una activación de la economía tan rápida que ha pillado a traspié a todos los suministros. No solo a las materias primas energéticas con el gas a la cabeza. También de otro tipo de productos como los microchips que están provocando grandes retrasos en la industria. Este es solo el origen porque, en realidad, el tema es mucho más profundo de lo que parece. ¡El 80% de la producción eléctrica española está totalmente fuera de este juego!
O bien se genera con renovables o con nucleares y ninguna de las dos tiene nada que ver con el gas. Sin relación con las subidas y bajadas en los mercados ni con las tensiones políticas con Rusia o cualquier otro país. Tampoco con Argelia ni con el crecimiento en China que no da abasto para satisfacer su propia demanda. Esa es la singularidad de España. Es inevitable que el precio de la materia prima se dispare, pero no lo es tanto que lo haga la electricidad. Cosas del sistema marginalista que hace que todas las fuentes cobren el precio de la más alta. Aunque el 80% no dependa del gas reciben la misma retribución que si lo usaran. Sinsentido que hace que los beneficios de las eléctricas se disparen. Por eso, se han tomado medidas para reducirlos y las que se esperan que lleguen en el futuro.
