Novedades sobre el apagón un mes después
Las novedades sobre el apagón del 28 de abril son escasas, pero relevantes. Aunque se han descartado varias causas, la investigación sigue abierta. Mientras tanto, surgen presiones políticas y nuevas lecturas del sistema eléctrico.
Ya se anunció que la investigación se prolongaría, sería larga. ¿En qué punto estamos? ¿Qué se sabe hasta el momento sobre las causas del apagón?
Todavía poca cosa. Ya se han descartado algunas hipótesis y se va teniendo alguna idea de lo que pudo pasar. El primer diagnóstico de lo ocurrido señala que la red no estaba funcionando correctamente en aquel momento del 28 de abril. Además, todo lo sucedido es compatible con múltiples incidentes. No con solo uno. Así que todavía es demasiado pronto como para asignar responsabilidades.
Se ha reabierto también el debate sobre el mantenimiento, la necesidad o no de la energía nuclear. ¿Cuál es su opinión sobre esta cuestión?
Bueno, en realidad no se ha reabierto. Lo que ha ocurrido es que los defensores de energía nuclear han aprovechado esta situación para para presionar más al gobierno. En el tema de la energía nuclear lo que hace falta es poner los números encima de la mesa. En caso contrario se estaría confundiendo a la opinión pública. Se está vendiendo como que es un debate ideológico y no lo es. Es una cuestión meramente económica. En el día del apagón había cuatro centrales nucleares en funcionamiento y dos se encontraban a media carga. El resto no estaban conectadas, básicamente no les interesaba porque los precios que están marcando las renovables son demasiado bajos.
¡Está claro lo que buscan! Quieren que se les asigne un precio fijo, muy por encima del actual, por producir electricidad y eso es algo que no tiene ninguna otra fuente de energía. Sin embargo, no acaba ahí la cosa. Además, pretenden que el Estado se haga cargo de los residuos radioactivos durante miles de años. Algo que se estima que puede llegar a costar más de 28.000 millones.
En las últimas semanas se ha escuchado mucho que para tener un riesgo cero y que esto no vuelva a suceder se tendrían que pagar facturas muy elevadas.
El riesgo cero conllevaría facturas infinitas porque en un sistema eléctrico siempre hay alguna probabilidad de que algo falle y se desconecte. La consecuencia sería un cero energético como el que se produjo el pasado 28 de abril. Ahora toca investigar las causas y ver cómo se puede solucionar. Eso sí, hay que tener un poquito de paciencia. En cuanto se conozcan hay que ver lo que cuesta solucionarlo. Aún así la probabilidad de que vuelva a suceder es tan baja y el coste tan elevado que no merezca la pena hacer la inversión para solucionarlo. Nadie estaría dispuesto a pagar 10.000 millones de euros para evitar algo que es muy improbable que suceda.
Novedades sobre el apagón un mes después – Crónica de Euskadi de Radio Euskadi (23 de mayo de 2025).
La investigación será larga si hablamos de reclamaciones, de la posibilidad de que se soliciten indemnizaciones, como ya han planteado algunas empresas. ¿Es factible que puedan llegar a concretarse?
Sí, por supuesto. Si son acreditadas, seguro, entre otras cosas porque están los seguros de responsabilidad civil de las compañías. Además, los contratos de suministro eléctrico tienen por debajo una titularidad de una red y un responsable de que esa funcione. Cuando no le llega al suministro, la responsabilidad es suya y tiene que pagar con independencia de luego a quien repercuta ese pago. Por tanto, la recomendación a todas las personas afectadas en aquel día y que puedan acreditar los daños que ejerciten sus derechos.
El 28 de abril a más de uno se le pasó por la cabeza la opción de que todo se debiera a una acción intencionada. ¿Es posible que esto pueda suceder en el futuro?
En principio estaban abiertas todas las posibilidades, aunque desde el principio parecía poco probable. Hay razones de peso que lo justifican. La primera es que la restauración del servicio se pudo llevar a cabo conforme a lo que estaba previsto en los planes de contingencia. Y esto, salvo que fuera un poco suave, no era muy compatible con un ciberataque. Cuando uno ataca, por ejemplo, los sistemas automáticos de protección de una subestación, que es un sistema electrónico, los deja inutilizables. Así, al tratar de que vuelva la luz seguiría sin funcionar. Por este motivo hay que descartar la acción intencionada de un hacker en el apagón.