Más cara que en Francia o Alemania y, además no para de subir. Solo en Holanda, Dinamarca y Finlandia el precio es mayor, pero ¿por qué cuesta más la gasolina en España?
Ahí está la sin plomo de 98 a casi 1,70 euros por litro, y la normal de 95, la más habitual, tampoco se queda atrás: 1,54. Con el diésel más de lo mismo… Imposible no ponerse a hacer números del dinero que se acaba yendo a fin de mes literalmente por el tubo de escape. Cifras que, además, confirman que el precio de los combustibles en España es de los más elevados de toda Europa. Por delante, apenas tres países. Se mantiene por encima de la media de la zona euro. Es decir, que en estos momentos es más cara que en Francia o Alemania, pero ¿por qué? Para responder a esa pregunta ha estado Jorge Morales de Labra en La tarde de COPE, y lo primero que se debe tener claro es que lo que se paga en el surtidor tiene tres componentes.
Los tres componentes del precio de la gasolina.
El primero de todos es el producto. Da igual que sea diésel o la gasolina porque hay que saber que en lo que se refiere a la base del mismo es igual en todas las gasolineras. Eso sí, luego hay algunas que le ponen algún tipo de aditivo para mejorar el funcionamiento o el rendimiento. Sin embargo, todos los combustibles vienen de los mismos barriles de materia prima extraída en los yacimientos. No hay petróleo de más o menos calidad como tampoco hay carburantes de serie A o B. Además, también viaja todo junto y se produce en iguales refinerías bajo idénticos estándares. Así, dentro de que en España es más cara que en muchos de los países de la Unión Europea hay diferencias notables entre estaciones de servicio. Todo el mundo sabe que en los hipermercados suele ser algo más económica.
Y hay un bulo que circula por ahí que dice que es porque es de peor calidad. Pues de eso, nada de nada. Sencillamente no es del todo cierto. En su base y en esencia es exactamente el mismo con independencia de la estación de servicio que se elija para hacerlo. Importante también saber que el precio de la materia prima y del refinado es más o menos igual en todos los países. Está carísimo, pero en los mercados internacionales es el mismo y más que va a subir. Ya el barril de West Texas de referencia en Estados Unidos está por encima de los 88 dólares y el de Brent que es el que importa en Europa un poco más aún. A 90, cuando hace un año no llegaba ni a 50. Casi el doble en apenas 365 días y eso influye y mucho.
Además, no estaba en esos niveles desde hace casi una década, allá por el año 2014. Después, el segundo componente es el margen de distribución y comercialización. Ahí sí, cada compañía pone los suyos. Por último, están los impuestos y en España pasan cosas muy curiosas… Por ejemplo, que el diésel tiene más que la gasolina, aunque contamine más. Exactamente 10 céntimos por litro y no es porque cueste menos producirlo. La única diferencia es la menor carga fiscal. Sea como sea, al final pueden llegar a suponer casi la mitad del precio de la gasolina. Pues, aunque parezcan muchos, están también por debajo de la media de la Unión Europea. Por eso, tampoco puede ser la razón por la que sea más caro llenar el depósito en las gasolineras españolas. Francia tiene más y, sin embargo, pagan menos.
El precio de los combustibles y la falta de competencia en España.
Mismos costes de producción e impuestos más bajos. Por tanto, la única explicación posible a por qué es más cara se puede encontrar en el segundo de los componentes que forman el precio: margen de comercialización. Ese es el quiz de la cuestión, la escasa competencia que hay en España y que permite que haya márgenes para las compañías del sector mucho más elevados que en el resto de la Unión. Tan sencillo como eso y es algo que se puede comprobar con solo salir a la calle. Apenas hay gasolineras independientes. Casi todas son abanderadas de las grandes cadenas de distribución, que nunca mejor dicho, se lo están llevando crudo. Claro, aún más beneficios por el mismo producto.
También sería el responsable del llamado efecto cohete y pluma del que tanto se oye hablar en el sector. Es decir, que cuando el precio del barril de Brent sube, todos los combustibles sufren instantáneamente un ascenso meteórico. Eso sí, cuando baja la cosa cambia… y los carburantes lo hacen de una forma mucho más lenta y pausada. Mucho más que en otros países del mundo y del continente. Evidentemente es algo que no se ha podido demostrar matemáticamente, pero la sospecha siempre está ahí. Existe una cierta percepción generalizada de que en España de forma especial se ven siempre las subidas antes que las bajadas y la causa también puede ser por esa falta de competencia.
