¿Por qué se está pagando el coste del apagón entre todos?
El coste del apagón del 28 de abril supera los 800 millones de euros y ya se reparte entre todos los consumidores a través de la factura de la luz, oculto bajo los llamados servicios de ajuste del sistema.
No sería ninguna sorpresa si alguien en los últimos meses ha notado que la factura de la luz ha vuelto a subir. No mucho, pero sí lo suficiente como para preguntarse por qué, si el consumo sigue siendo, más o menos, el mismo. La respuesta, esta vez, no está ni en los precios del gas ni en las olas de calor, sino en un concepto menos conocido que aparece en el recibo bajo el nombre de “servicios de ajuste del sistema”. Sí, un término técnico que, sin embargo, esconde una realidad muy sencilla. Desde el gran apagón del pasado 28 de abril, todos los consumidores estamos pagando parte del sobrecoste que dejó aquel fallo eléctrico histórico.
¿Por qué se está pagando el coste del apagón entre todos? – El programa de Ana Rosa de Telecinco (6 de octubre de 2025).
Eran las 12:33 del mediodía cuando la luz se apagó en casi toda España. Trenes y metros detenidos, semáforos fuera de servicio, comercios paralizados, redes incomunicadas… Durante horas, la incertidumbre fue total. El suministro se restableció progresivamente, pero las causas del fallo y sobre todo sus consecuencias siguen siendo, meses después, una incógnita. Se habló de ciberataque, de un fallo técnico, de una cascada de desconexiones automáticas para proteger la red… pero la versión definitiva todavía no se ha hecho pública. Lo único que sí está claro es que aquel apagón tuvo un coste. Más de 800 millones de euros que, de una forma u otra, se está pagando entre todos.
El sobrecoste oculto en la factura
La subida no se ve a simple vista. No aparece como una línea específica en la factura, ni como un nuevo impuesto. Se esconde dentro del bloque general de “energía” y forma parte de lo que el sistema denomina servicios de ajuste. Antes del apagón, estos servicios apenas suponían un 2 % del importe final del recibo. Hoy, ya representan casi el 16 %. Traducido a euros, esto significa más de 90 al año para un hogar medio. Puede parecer poco, pero no deja de ser una cifra significativa por un suceso ajeno al consumidor.
Todo, porque como ha explicado Jorge Morales de Labra en el programa de Ana Rosa, la red eléctrica está operando en modo reforzado desde el 28 de abril. Esto significa que, desde aquel fallo, el operador del sistema ha optado por mantener varias centrales de gas encendidas al ralentí. Es decir, sin producir energía, pero listas para entrar en funcionamiento de inmediato si algo falla. El objetivo de garantizar la estabilidad de la red y evitar que se repita un apagón similar.
El problema es que ese “modo de seguridad” cuesta dinero. Las centrales consumen gas, requieren mantenimiento y personal, y todo ello se traduce en una factura colectiva. En teoría, debía ser un gasto “testimonial”, una medida temporal mientras se analizaban las causas del apagón. Pero, cinco meses después, el modo reforzado sigue activo… y el sobrecoste acumulado ya supera los 800 millones de euros.
¿Por qué se está pagando el coste del apagón entre todos? – El programa de Ana Rosa de Telecinco (6 de octubre de 2025).
¿Por qué el coste se reparte entre todos?
El sistema eléctrico español funciona bajo un principio básico: los costes del sistema se reparten entre todos los consumidores. Por este motivo, cada vez que hay una medida extraordinaria, como mantener centrales de respaldo, financiar interconexiones o compensar desequilibrios de la red, el importe se reparte proporcionalmente entre todos los usuarios conectados al sistema.
En un contexto energético ya complejo, con precios cambiantes y nuevos modelos de facturación (como el reciente paso a los precios cuarto horarios), este tipo de sobrecostes opacos solo aumentan la sensación de desconfianza. La energía es un bien esencial, y como tal, requiere claridad y rendición de cuentas. Si un fallo del sistema cuesta 800 millones de euros, los consumidores tienen derecho a saber quién lo asume, por qué y durante cuánto tiempo.
