El IPC se ha disparado hasta alcanzar el 5,5% en octubre, la cifra más alta en los últimos 29 años. ¿Por qué sube el precio de todo? y el precio del gas y de la electricidad, entre otros factores, tienen gran parte de la responsabilidad.
No es solo cosa de los mercados de abastos, pero allí ya se nota por ser lo más cercano. Desde carnes, frutas, verduras y, sobre todo, pescados y aceites. También en la tienda de informática y hasta en las de muebles. El aluminio y la ropa, probablemente, sean los sectores que más se han visto afectados, pero no son los únicos. Por unas razones o por otras los precios suben y la inflación se sitúa en niveles nunca antes vistos en los últimos 29 años. Habría que remontarse a la década de los 90 del siglo pasado para recordar algo así. Pues, ahora hay dos factores que lo explican. El primero es la subida de todas las materias primas energéticas: gas, petróleo, … y, por lo tanto, también de la luz. El segundo es también algo más complicado y no es otro que el desabastecimiento global.
Con la pandemia se rompieron las cadenas de suministro y, además, el transporte de mercancías se ha encarecido mucho. Si hasta hace bien poco se podía llevar un contenedor desde Shanghái a Valencia por menos de mil euros, ahora puede costar más de 10.000. 10 veces más y lo peor de todo es que no tiene fácil solución a corto plazo. Probablemente seguirá subiendo de precio porque el gas y el petróleo también siguen en máximos. A medio plazo se puede esperar que el coste de la energía se modere y en consecuencia la inflación vuelva a niveles más habituales. Como muy pronto eso no ocurrirá hasta la primavera y ya son muchos los que echan cuentas para llegar a fin de mes. El frío dato del IPC, el más alto en casi tres décadas, marca el día a día de millones de hogares españoles.
Aceite, refrescos, frutas, huevos, carnes, … No hay respiro para las familias. Sube la luz y también los combustibles y ahora además la cesta de la compra arrastrada por la influencia del incremento del precio de la energía.
Y, entre tanto, por lo menos el precio de la luz da una tregua, por llamarlo de alguna forma. Solo 73 euros costará mañana el MWh frente a los 219 del domingo pasado. Tres veces menos y es algo que no se veía desde principios del mes de agosto. Y es que, a pesar del descenso, está costando el triple que hace un año cuando no llegaba a los 23 euros. El viento y el compromiso de Vladimir Putin para llenar las reservas de gas de Europa lo han hecho posible. Además, no hay que olvidar que no solo se usa en cocinas y calefacciones sino también para producir electricidad, que ahora vive un pequeño respiro. Así, la clave que lo explica, como ha contado Jorge Morales de Labra en Noticias Fin de Semana de Cuatro TV, está en el compromiso y, sobre todo, en la reducción de la incertidumbre.
Tan solo estas palabras de Rusia han hecho que bajara la cotización de la materia prima en los mercados internacionales más de un 20%. Y lo mejor de todo, en una única jornada. Además, hay otra explicación para la caída del precio de la luz: la meteorología. Si bien es cierto que ya cada vez va habiendo menos sol, en los últimos días está entrando muchísimo viento en la península ibérica. Mejor todavía, porque en España aún hay bastante más potencia instalada de energía eólica que de solar fotovoltaica. De este modo, cuando sopla el viento baja mucho más el precio de la electricidad que cuando hace sol. Nada mejor en estos días que abrir las ventanas y si se nota viento eso quiere decir que es el mejor momento para planchar o poner la lavadora porque la luz será algo más económica.
