¿Qué son los huecos de tensión y cómo se producen?
En los próximos días se va a oír hablar mucho de los huecos de tensión, pero ¿qué son? ¿Sabías que un pájaro puede provocarlos? Aquí está la explicación de lo que son, cómo se producen y por qué no están tan relacionados con las renovables como algunos dicen.
¿Qué son los huecos de tensión?
Sí, son fallos o distorsiones en la en la onda de red. Esa que normalmente se enseñaba en los colegios son su seno y su coseno. Es decir, una onda perfecta que da la vuelta a Europa cada 20 milisegundos. Así, los huecos de tensión son fallos debidos a problemas en la red, que pueden ser de muy diferente tipo. Eso sí, hay que tener en cuenta que no todos los problemas dan lugar a un hueco, pero sí hay una amplia variedad de circunstancias que los originan.
¿Qué son los huecos de tensión y cómo se producen? (3 de mayo de 2025)
Desde, por ejemplo, desconexiones y caídas súbitas de generación o de consumo, como una gran industria que, de repente, se desconecte; un rayo o un incendio; un cortocircuito que se produzca por la caída de un árbol en la línea, o sencillamente porque un ave impacte en el tendido y se electrocute. Es decir, hay un montón de incidentes en la red que pueden hacer que caiga la tensión y que luego rápidamente se recupere por el propio diseño del sistema.
Y cuando se produce un hueco de tensión, ¿cómo reaccionan las centrales eléctricas?
Las centrales eléctricas, según la normativa con la que se hayan diseñado y construido, pueden soportar más o menos huecos de tensión. Sin embargo, lo que hay que tener en cuenta antes de nada es que no todos los huecos de tensión son iguales. La normativa ha ido avanzando mucho en los últimos años y ahora todas las centrales se diseñan para lo que se podría llamar un hueco estándar, que es el que se obliga a cumplir y soportar.
Ese hueco estándar se define por los diferentes puntos de la curva de la onda en la cual hay dos magnitudes a considerar. En primer lugar, el nivel de tensión en porcentaje respecto de la nominal, de la que tiene que ser. Es decir, por ejemplo, puede admitir una caída durante un tiempo de 15 milisegundos de 20%, 40% o 60% de la tensión. Y en segundo lugar, precisamente, está el tiempo o la duración. Por lo tanto, para definir el hueco siempre hay que tener en cuenta tanto la bajada de la tensión que se produce como la duración de la caída.
¿Y este es un problema exclusivo de la fotovoltaica o las renovables como se está comentando?
No. En realidad, es un problema de todas las centrales. Hay algunas centrales que de forma natural están más predispuestas a soportar el hueco. Las llamadas centrales síncronas son las que normalmente soportan mejor los huecos porque de forma natural tienen una cierta inercia. Es el caso de las más grandes que están girando a una gran velocidad. Así, cuando se produce un hueco de tensión que podría frenarla toda esa inercia lo compensa. Por este motivo, los soportan mejor que las centrales asíncronas. Mientras, cuando se habla de centrales asíncronas, normalmente es para referirse a la eólica y a la fotovoltaica. También hay otras, pero son las principales.
¿Por qué estas renovables soportan peor los huecos? ¿Todas lo hacen por igual?
La respuesta es sencilla: por su propio diseño, pero esto no quiere decir que no lo puedan hacer. En todas las instalaciones eólicas y fotovoltaicas hay un dispositivo que se llama inversor. Es el que transforma la energía que producen las centrales en otra que es adaptable e inyectable a la red. Se trata de un dispositivo que se puede modificar electrónicamente. Siempre se le podrían añadir circuitos al procesamiento para que soporten perfectamente los huecos. De hecho, por ejemplo, todos los inversores que hemos instalado en Próxima Energía, tanto en nuestras propias unidades de generación como en las de todos los clientes de autoconsumo a los que les hemos puesto inversores fotovoltaicos, soportan los huecos de tensión.
¿Qué son los huecos de tensión y cómo se producen? (3 de mayo de 2025)
Lo importante es qué hueco de tensión pueden soportar. Y este es el que estaba en la normativa en el momento en el que se colocó el inversor. El problema es que a lo largo del tiempo ha habido normativas muy diferentes. Principalmente en España ha habido dos. Una antes y otra después de 2016. Exactamente la anterior es del año 2010, pero el problema es que las primeras instalaciones de fotovoltaica son del año 2008. Antes de esa fecha había muy poquitas.
De este modo se podría distinguir entre dos generaciones de fotovoltaica. La primera hasta 2016 que cumplían con los huecos de ciertas características y luego a partir de esa fecha en la que ya se introdujo un segundo hueco estándar mucho más estricto que el primero. Y que, además, obliga no solo a soportarlo sino también a apoyarlo para ayudar a recuperar la tensión más rápido para evitar, precisamente, que se caiga el sistema. Todo lo contrario de lo que se piensa.