Que el precio de la luz baje no suele ser noticia, pero si es el Gobierno quien lo anuncia y asegura que las compañías energéticas cubrirán el descenso, además, puede generar hasta desconfianza.
Tengo una buena noticia y otra mala, ¿cuál queréis saber primero? No es ninguna broma, pero se pueden leer titulares en la prensa que irremediablemente recuerdan a esos clásicos chistes. Tampoco hace falta poner ejemplos para recordarlos. En algunos casos la economía de muchas familias está en juego. Así que informaciones del tipo, el Gobierno quiere bajar el recibo de la luz el 13% en los próximos años, enseguida hacen levantar todas las sospechas. Y más si se añade que serán las compañías energéticas quienes asumirán la bajada absorbiendo parte del coste de las renovables que ya está incluido dentro del término fijo de la factura. Esa es la buena noticia, pero, a primera vista, no cuela. Lo normal es que todo el mundo desconfíe y busque lo negativo. Siempre hay letra pequeña, aunque los titulares sean bien grandes.
El Gobierno pretende bajar el recibo de la luz el 13% durante los próximos años trasladando parte del coste de las renovables que ya está incluido dentro de la factura a otras facturas energéticas.
Pues, precisamente para eso, para leer entre líneas, ha participado Jorge Morales de Labra en ¡Qué me estás contando! de EiTB. Lo primero que ha encontrado es que no es definitivo. Tan solo es una propuesta del Gobierno. Aún tiene que pasar por el Parlamento y allí últimamente las cosas se complican. No es sencillo. Más complicado es entender el contenido sin quedarse solo con el titular. Allá va… La idea es traspasar algunos costes que ya están en lo que se paga por la luz a otros recibos energéticos. Es decir, a los combustibles fósiles. Toda una señal a los consumidores para que utilicen más electricidad y, a la vez, reduzcan el consumo de petróleo y gas. Así que si esto fuera un chiste de los de tengo una buena noticia y otra…, la parte negativa sería que lo que se baje por un lado se subirá por otro.
Por tanto, lo de que serán las empresas de energía las que asuman el coste es solo eso, un titular. Palabras y poco creíbles, la verdad, porque lo que figura en el anteproyecto de ley es otra cosa. Las compañías gasistas y petroleras liquidarán trimestralmente ese descuento en función de sus ventas. Es decir, pagarán una cuota proporcional en función de los litros de diésel que han salido del surtidor o de los m3 de gas que han pasado por el contador. Así que parece evidente que eso se va a repercutir directamente en el coste final. Sí, al consumidor porque no parece probable que vaya a ir contra los beneficios de las energéticas. Difícil de creer. Todo para favorecer el consumo de electricidad, limpia y sostenible. Energía más barata, donde las renovables tienen mayor protagonismo, y a mayor precio para las fuentes más contaminantes.
Con este anteproyecto de Ley el Gobierno, además, manda una señal al consumidor de que el que más contamine pagará más en el camino hacia la Transición Energética.
Y para que ya sea todo positivo lo que nunca debería ser objeto de debate son las bonificaciones y exenciones. Deben estar siempre. Fomentar el consumo de electricidad frente a otras alternativas menos sostenibles es una estupenda idea hacia un nuevo modelo energético. Sin embargo, no hay que dejar a nadie atrás. Siempre habrá quien no pueda cambiarse a un coche eléctrico o sustituir la calefacción por aerotermia. No todo el mundo puede hacer frente al coste y hay que tenerlo en cuenta. Ahora no está al alcance de todos los bolsillos. Por tanto, también hacen falta ayudas para su adquisición o para hacer frente a estos recibos. Transición energética justa e igualdad de oportunidades para todos. Solo así, con informaciones de este tipo nunca más se podrá decir aquello de … Tengo una buena noticia y otra mala, ¿cuál queréis saber primero? Eso sí que es una buena noticia.